La rivalidad de Blair y Brown afea la campaña electoral

«Son sonrisas que no convencen». De este modo definía el líder de la oposición británica, Michael Howard, las sonrisas mostradas por el ministro británico de economía, Gordon Brown, durante el acto de presentación de la campaña electoral del Partido Laborista junto al responsable de campaña, Alan Milburn, de cara a los comicios de la próxima primavera. Fue un acto de unidad que no logró evitar que ayer una vez más las rencillas y diferencias de Brown con su jefe, Tony Blair, volvieran a ser motivo de debate en los canales de la televisión británica y de comentario en las columnas de los rotativos. Además de sonreir, Brown dijo que «por supuesto que confío en el primer ministro», en referencia a un supuesto comentario vertido por Brown según el cual éste dijo que jamás volvería a creer una palabra de Blair. El premier le prometió que abandonaría Downing Street antes de las próximas elecciones, lo que Blair no ha cumplido. «He dejado bien claro que no volveré a realizar ningún comentario sobre libros o chascarrillos, nada nos va a distraer de la tarea de ganar las próximas elecciones», indicó Brown.