Los expertos calculan que serán necesarios dos años para superar los efectos del tsunami
Sri Lanka se afana en la recuperación del sector turístico en la costa sur
El maremoto frenó los proyectos en las costas, pero ninguna empresa los ha cancelado
Existen dos Sri Lankas. La del noroeste y la del suroeste. Una línea imaginaria que atraviesa el país en diagonal dibuja su frontera. La primera es la más pobre, la dominada por la mi-licia tamil y en la que las luchas internas entre grupos musulmanes obstaculizan su apertura al mundo. La segunda es la más rica, la que desde que en el 2002 se firmó el alto el fuego entre el Gobierno de Chandrika Bandaranaike y los Tigres Tamiles ha vivido el despegue del turismo. Pero la llegada del tsunami frenó la ebullición de un sector que en muy poco tiempo había conseguido situarse como una de las principales fuentes de ingresos del país. En poco más de dos años, su proyección exterior como destino exótico se multiplicó. Más de medio millón de turistas visitaron el país en el 2004. Galle y Tangalla Esa infraestructura turística ha sido especialmente perjudicada en la costa sureste, entre Galle y Tangalla, el principal destino de sol y playa de todo el Estado. Ahí las grandes empresas del sector disponían de paquetes para relajarse al borde del Índico en ciudades como Unawatuna o Hikkaduwa o estancias en una de las exclusivas vilas (mansiones ubicadas cerca de la playa y en medio del bosque tropical). Pese al caótico y destrozado paisaje que se observa estos días en toda la línea de costa entre Colombo y Hambantota (en torno a 238 kilómetros de costa), este cachorro de tigre asiático no se resigna a dejar de rugir. Una de las prioridades del Gobierno de Sri Lanka es volver a poner en marcha, cuanto antes, el motor turístico, una labor en la que España, a través del ministro Miguel Ángel Moratinos, ya se ha comprometido a colaborar. Miguel Cuiñat, un español que trabaja en una empresa dedicada a la venta y alquiler de vilas vaticina que el turismo de la zona podría recuperarse en un plazo de dos años.