Diario de León

El horror cumple 60 años

La ONU rinde homenaje a las víctimas del Holocausto mientras se prepara la ceremonia que se celebrará en Auschwitz coincidiendo con la fecha en la que se liberó el campo

Hornos del crematorio del campo de exterminio nazi de Auschwitz

Hornos del crematorio del campo de exterminio nazi de Auschwitz

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Enrique Müller - berlín
León

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Los esqueletos vivientes apenas podían caminar y la mayoría tenía que arrastrarse para poder salir de los barracones infectos. Eran 9.000 hombres, mujeres y niños que miraban con ojos vacíos a sus liberadores, los soldados del Frente Ucraniano del Ejército Rojo, que habían llegado ese día, el 27 de enero de 1945, a Auschwitz. La fábrica de la muerte creada por los nazis hacía días que había dejado de funcionar y los oficiales de las SS habían ordenado destruir las cámaras de gas, los crematorios y toneladas de objetos y documentos que pudieran incriminar al régimen. Aun así, lo que vieron y descubrieron los soldados del Ejército Rojo fue suficiente para tener una idea de la magnitud del genocidio que los nazis cometieron en Auschwitz. En los depósitos del campo, los soldados encontraron montañas de gafas, prótesis y 7.000 toneladas de pelo de mujer, que debían ser transportados al Reich. Eran los restos de más de medio millón de personas que fueron eliminadas en el campo. Sesenta años después, el recuerdo de Auschwitz aún inquieta en el planeta, despierta pasiones y remordimientos y sigue envenenando la vida política de Alemania, el país donde fue inventado y planificado el Holocausto y donde se ordenó la construcción del mayor campo de exterminio nazi. Casi 60 años después de la liberación de Auschwitz, dos partidos políticos de la ultraderecha alemana, el NPD y la DVU, siguen negando los crímenes cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial y, peor aún, se negaron a participar en sendos homenajes dedicados a las víctimas del Holocausto realizados en los Parlamentos regionales de Brandeburgo y Sajonia. En Dresde, el líder del grupo parlamentario del NPD, Holger Apfel, fue un poco más lejos y después de calificar el 8 de mayo de 1945 como «la supuesta liberación» de Alemania, llamó genocidas a los aliados que vencieron a Hitler y que ordenaron el bombardeo de la ciudad, donde murieron más de 50.000 civiles. El escándalo en los Parlamentos regionales de Dresde y Postdam es solo un pequeño y polémico ejemplo del incómodo recuerdo que representa Auschwitz para un sector de la sociedad germana. En Berlín, en cambio, donde fue diseñado el plan de exterminio de la población judía de Europa, está por inaugurarse un enorme monumento conmemorativo dedicado a recordar a las víctimas del Holocausto. Pero, ¿cómo reaccionarán los aliados de Alemania si el NPD y la DVU logran llegar al Bundestag y abandonan el hemiciclo del Reichstag cuando el Parlamento federal rinda homenaje a las victimas del nazismo, como lo hace cada año, el 27 de enero? Qué escándalo El 10 de noviembre de 1975, el entonces embajador de Israel ante Naciones Unidas, Chaim Herzog, se levantó de su asiento y destruyó la copia de una resolución que acababa de ser aprobada por la Asamblea General y que concluía con una afirmación que escandalizó al diplomático israelí: «El sionismo es una forma de racismo y de discriminación racial.» Pero el mundo ha cambiado en los últimos 30 años y ayer la Asamblea General de la ONU rindió por primera vez en su historia, un homenaje a las víctimas del Holocausto. En diciembre, Kofi Annan recibió una carta del embajador norteamericano, John Danforth, donde sugería la idea de llevar a cabo un homenaje. La petición fue apoyada por la Unión Europea, Canadá, Australia, Rusia y Nueva Zelanda. El 11 de enero, un portavoz de Naciones Unidas dio a conocer el resultado de una consulta hecha por el secretario general entre los países miembros. Una amplia mayoría de los Estados había aprobado la petición, entre ellos cuatro países islámicos: Marruecos, Omán, Pakistán y Bangladesh. La ceremonia en Nueva York contó con la presencia del ministro de Asuntos Exteriores alemán, Joschka Fischer, y el principal orador fue Elias Wiesel, un superviviente del infierno creado por los nazis. El acto central para conmemorar el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz tendrá lugar en el campo de exterminio, donde estarán presentes varios jefes de Estado y de Gobierno, entre ellos el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el de Israel, Mosche Katzav, y un representante especial del Papa. La solemne ceremonia se iniciará con el silbido de un tren que avisa su llegada, tal como ocurría cuando el campo funcionaba. Cuando el tren se detenía, los nazis sorteaban la carga humana en dos categorías: los que podían trabajar y los que iban directamente a las cámaras de gas.

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