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Francia no olvidará jamás lo que no supo impedir, promete el presidente Jacques Chirac

Schröder expresa su vergüenza y pide apoyo para impedir el nazismo

París abre el mayor centro europeo de información sobre el exterminio judío

Schröder ante una fotografía de la entrada a Auschwitz y Chirac en el memorial inaugurado en París

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agencias | parís / berlín
León

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Sesenta años después de la liberación de Auschwitz, la fábrica de la muerte creada por los nazis en Polonia, el canciller de Alemania, Gerhard Schröder, confrontado al resurgimiento de los partidos de la ultraderecha en el país, aprovechó una ceremonia destinada a recordar a las víctimas del Holocausto para declarar una inédita guerra al resurgimiento del neonazismo. Pero el canciller, que sólo tenía un año cuando finalizó la guerra, tuvo el valor de expresar su vergüenza ante las víctimas y los supervivientes del Holocausto y admitió que la maldad de la ideología nazi, que hizo posible el extermino de los judíos, había gozado de condiciones favorables y, sobre todo, había sido deseada y llevada a cabo por la gente. «Es un deber común de todos los demócratas enfrentarse al odio repugnante de los neonazis que siempre están intentado minimizar los crímenes nazis. Para los enemigos de la democracia y la tolerancia no puede haber tolerancia en una democracia verdadera», dijo al pedir el apoyo de sus compatriotas para impedir que vuelva a renacer la violencia contra la población judía en Alemania. La ceremonia celebrada en un teatro de Berlín fue organizada por el Comité Internacional de Auschwitz, en vísperas del 60 aniversario de la liberación del campo por tropas soviéticas. En la ceremonia participaron supervivientes del campo y personalidades del mundo judío, que recordaron las atrocidades cometidas por los nazis y denunciaron -como lo hizo el presidente del Congreso Mun-ial Judío, Israel Singer- la complicidad de otros países europeos en el exterminio de la población judía. «El nazismo contó con complicidades austríacas, falsas neutralidades suizas y apoyos de países europeos a la industria armamentista del Tercer Reich», dijo Singer. «No todos los franceses estaban con De Gaulle, ni todos los gobiernos occidentales respondieron con la misma celeridad que los aliados para combatir al Tercer Reich», añadió. Por su parte, el presidente fran-cés, Jacques Chirac, inauguró ayer el Memorial de la Shoah, el mayor centro europeo de documentación y museo sobre el Holocausto, que abrirá al público mañana en París. En el acto aseguró que Francia «no olvidará jamás lo que no supo impedir». El presidente galo fue el primero que reconoció oficialmente, el 16 de julio de 1995, la responsabilidad del Estado francés. «El antisemitismo no tiene cabida en Francia y no es una opinión, es una perversión que mata..., y no puede resurgir bajo ningún pretexto» JACQUES CHIRAC Presidente de la República francesa «La mayoría de los alemanes de hoy no tienen culpa del Holocausto, pero Alemania tiene la obligación moral de mantener vivo su recuerdo» GERHARD SCHRÖDER Canciller alemán