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León

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El ex primer ministro libanés asesinado, Rafic Hariri, construyó un imperio inmobiliario y mediático, así como una fortuna personal que incluía inversiones desde Arabia Saudí hasta Estados Unidos. «Evaluar la fortuna exacta de Rafic Hariri es como apostar, pero supera ampliamente los 10.000 millones de dólares», declaró un empresario suizo-libanés que hizo fortuna en Arabia Saudí. Bancos, medios de comunicación, bienes inmobiliarios, obras públicas: el imperio de Rafic Hariri se extiende desde Arabia Saudí hasta Estados Unidos, sin contar sus actividades filantrópicas. Por ahora, nadie sabe qué sucederá con sus actividades y quienes trabajaban directa o indirectamente para él. Sin contar sus múltiples negocios en el extranjero, era propietario del periódico Al Mostaqbal y la televisión Future TV, que emplean a cientos de personas en Líbano. Hariri hizo reconstruir el centro de Beirut, arrasado por 15 años de guerra civil (1975-1990), mediante la sociedad inmobiliaria Solidere, creada en 1994 y que pronto comenzará a cotizar en bolsa en Kuwait. Con un capital de 1.600 millones de dólares, Solidere gestiona 191 hectáreas de terreno, que incluyen una zona ganada al mar con infraestructuras que suman un total de 4,67 millones de metros cuadrados de suelo. También a él se le debe la reconstrucción del aeropuerto internacional de Beirut. Sus amistades en el mundo árabe y los países del Golfo contribuyeron a que Líbano volviera a ser uno de los destinos preferidos para los ciudadanos de la región, que invierten enormemente, sobre todo en el sector inmobiliario. También procede de esos países buena parte de los cuantiosos depósitos de los bancos libaneses. A través de familiares y socios, Hariri también tenía intereses y diversas participaciones en bancos y holdings libaneses y extranjeros. De familia humilde, Hariri hizo fortuna en Arabia Saudí. En 1977, el rey Jaled Ben Abdel Aziz le encargó construir un Palacio de Congresos. A partir de entonces edificó su inmensa fortuna.