Diario de León

El presidente norteamericano excluyó al líder español de su agenda de contactos en Bruselas

Bush cierra su cumbre con la UE con un discreto saludo a Zapatero

Madrid alega que «no era ni el momento ni el lugar» para celebrar un encuentro bilateral

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Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

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En la cumbre de la Otan celebrada el pasado mes de junio en Estambul, fue el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el que rompió el hielo con aquel «¿Qué tal George?». Ayer, ocho meses más tarde, el mandatario norteamericano le devolvió el gesto con un «Hola, ¿qué tal amigo?», pronunciado en la sede de la Alianza, en perfecto español, un poco a distancia y muy brevemente. Unos pocos segundos. Éste es el clima que impera en las relaciones de España con Estados Unidos justo en el momento en que todos los líderes europeos insisten en hablar más de cooperación y de la apertura de una «nueva era» de diálogo entre ambos lados del Atlántico. Aunque el presidente norteamericano aprovechó su gira europea para mantener contactos bilaterales con una decena de mandatarios, entre los que no figuraba Zapatero, fuentes de La Moncloa alegan que «no era ni el lugar ni el momento» para esta reunión e insistieron en que el ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, se encargará de normalizar las relaciones viajando a Washington en el próximo mes de abril. Bush, en cambio, si tuvo la oportunidad de hablar de forma extensa con otro español, el alto representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, Javier Solana, con quien cenó ayer, e incluso saludó con un apretón de manos a Josep Borrell, el presidente de la Eurocámara. También mantuvo encuentros bilaterales con el presidente francés, Jacques Chirac; el británico Tony Blair; el luxemburgués, Jean-Claude Juncker; el belga, Guy Verhofstatd; el italiano, Silvio Berlusconi, y el presidente de la Comisión, Durão Barroso. De igual forma, el circuito interno de televisión exhibió al inquilino de la Casa Blanca hablando abiertamente con el presidente lituano, Valdas Adamkus; el irlandés, Bertie Ahern; el austriaco, Wolfgang Schüssel, y, muy amablemente, con la jefa de Estado de Finlandia, Tarja Halonen. «Saludo cordial» Zapatero fue de los pocos líderes que se mantuvo al margen, aunque el presidente del Gobierno le restaba ayer hierro a esta circunstancia al describir ante los periodistas que con Bush tuvo «un saludo cordial. Así lo viví y así creo que quedó reflejado». Con Estados Unidos, abundó Rodríguez Zapatero, existe «una relación de normalidad y ahora se trabaja en muchas tareas comunes», dijo, especialmente en asuntos como la reconstrucción de Irak, la crisis del Líbano o el proceso de paz de Oriente Medio. A modo de valoración general de la cumbre entre Estados Unidos y la Unión Europea, Chirac dijo que es la «constatación de que algo ha cambiado en la visión norteamericana de Europa». En tono más jocoso, al ser preguntado si la cumbre haría historia, el presidente de turno de la Unión, el luxemburgués Juncker, señaló: «Siempre he querido hacer historia, pero no sé si es el momento». «¡Hola!, ¿Qué tal, amigo?» GEORGE W. BUSH El presidente de Estados Unidos se dirigió con esta frase en perfecto español a José Luis Rodríguez Zapatero en la cumbre de la UE

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