Diario de León

Londres frena la iniciativa de otros países surgida de un escándalo del príncipe Enrique

La Unión Europea no se pone de acuerdo para prohibir el uso de símbolos nazis

Alemania e Italia se quedan solas defendiendo abiertamente la penalización

El escándalo del príncipe Felipe disfrazado de nazi azuzó la polémica

El escándalo del príncipe Felipe disfrazado de nazi azuzó la polémica

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Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

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Europa tendrá que convivir con los brazaletes de las SS o las cruces gamadas. Los ministros de Justicia e Interior de los Veinticinco se mostraron ayer muy divididos respecto a la posibilidad de prohibir en toda la Unión los símbolos nazis, una iniciativa puesta sobre la mesa por la presidencia rotatoria luxemburguesa a raíz del escándalo protagonizado por el príncipe Enrique, miembro de la casa real británica, al acudir a una fiesta vestido como un miembro del Afrika Korps de Hitler. El Reino Unido fue uno de los países que más se opuso a la penalización. Junto a Londres, también Dinamarca y Hungría se mostraron contrarios a la prohibición de la esvástica y otros símbolos similares, argumentando que se trataría de una medida «superficial» y poco efectiva para combatir el verdadero problema del racismo. En cambio, Italia y Alemania defendieron abiertamente la prohibición, ante la indefinición de los demás socios. Berlín le ha otorgado una especial relevancia a este debate, hasta el punto de que la propuesta prohibicionista fue alentada por un grupo de eurodiputados germanos. No hay que olvidar que al hijo menor del príncipe de Gales podría costarle su desliz entre tres meses y cinco años de cárcel si fuese alemán y careciese de inmunidad, pues el código penal de este país castiga duramente la propagación, exposición, almacenaje, venta o exportación de los símbolos o de la ideología nacionalsocialista. Retirada del orden del día Al constatar ayer las fuertes discrepancias en torno a este debate, la presidencia luxemburguesa de la Unión Europea optó por retirar el punto del orden del día, aunque con el compromiso de que los Veinticinco retomarán la negociación sobre la decisión marco para luchar contra el racismo y la xenofobia, paralizada hace dos años por Italia y Gran Bretaña. Francia consideró «oportuna» la negociación de una iniciativa que propugna tipificar como infracción penal cualquier comportamiento xenófobo, susceptible de ser sancionado con penas mínimas de dos años de prisión, si bien hay países que temen que la normativa coarte la libertad de expresión. Todo este debate se produce cuando varios informes alertan del aumento de la intolerancia y la ideología fascista en la Unión Europea. Es algo a lo que no son ajenos länders del Este de Alemania, como Sajonia, donde el partido ultraderechista NPD obtuvo casi el 10% de los votos.

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