Moratinos va a Guinea para normalizar larelación?con?la?ex?colonia Estalla la pugna entre Lewites y Ortega por la carrera presidencial Ciampi y Berlusconi se enfrentan a distancia y por escrito

El ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, llegó ayer a Malabo en su primer viaje a Guinea con el objetivo fundamental de normalizar las relaciones bilaterales y contribuir tanto al progreso económico y social del país como a la apertura democrática del régimen. El núcleo de la visita será la reunión con el presidente Teodoro Obiang prevista para hoy, pero la agenda de trabajo del ministro comienza en el centro cultural español de Malabo donde acudió a una cena de trabajo con su homólogo guineano, Pastor Michá, con quien se ha reunido ya en tres ocasiones en los últimos meses. Moratinos dejó claro que España no participará en maniobras de desestabilización contra el Gobierno de la ex colonia. | r.f. El ex alcalde de Managua Herty Lewites, expulsado el sábado del FSLN, disputará con el el máximo dirigente sandinista, Daniel Ortega, la candidatura del partido a la Presidencia de Nicaragua. Lewites y un millar de seguidores protagonizaron el sábado una protesta contra los planes de Ortega de excluirlo del juego político en la Asamblea Sandinista celebrada en Managua, que él calificó de «una misa negra» y en la que a la postre fue expulsado de Frente Sandinista junto a varios de sus seguidores y terminó en una batalla campal entre las facciones sandinistas. | f. martínez El presidente de la República Italiana, Carlo Azeglio Ciampi, y el primer ministro, Silvio Berlusconi, protagonizaron ayer un enfrentamiento de guante blanco, a distancia y por escrito, sobre las funciones institucionales de aquél. El origen del problema está en unas declaraciones públicas realizadas por Berlusconi el sábado en las que pedía a Ciampi que «no escuchara los cantos de sirena de la izquierda» cuando tenga que promulgar una ley. La recomendación del líder conservador tiene lugar en un momento en el que el Parlamento ultima la tramitación de la norma que reducirá los plazos para la prescripción de los delitos, justificada con el argumento de que aliviará a la justicia pero favorece a Berlusconi. | efe