EE.UU. critica a Rusia y Arabia por no respetar los derechos humanos
El Gobierno de Estados Uni-dos criticó ayer a aliados como Arabia Saudí, Egipto y Rusia por el abuso a los derechos humanos en su informe anual sobre el tema. El documento no hace referencia ni a las torturas en Abu Ghraib, ni a las muertes de detenidos en en Irak y Afganistán, ni a los maltratos constatados incluso por el FBI en Guantánamo. Estados Unidos ha sido cri-ticado por olvidarse de los de-rechos humanos y subordinar su política exterior de forma exclusiva al combate contra el terrorismo. No obstante, la secretaria adjunta de Estado Paula Dobriansky declaró ayer que «la promoción de los derechos humanos no es sólo un elemento de nuestra políti-ca exterior, es el cimiento de nuestra política». La ocasión era la presentación del informe anual sobre el res-peto a los derechos humanos en todo el mundo, que el de-partamento de Estado elabora para el Congreso. Por ejemplo, el informe citó a Arabia Saudí como un país de «preocupación especial» por la falta de libertad religiosa y la discriminación contra la minoría chií. Además, da un varapalo a Rusia, donde, «a juicio de cual-quiera, la situación empeoró el año pasado», según indicó el subsecretario de Estado adjunto, Michael Kozak, que coordinó el informe. Egipto, el segundo mayor receptor de ayuda económica y militar de EE.UU. tras Israel, tampoco salió bien parado en el informe, a pesar de que el presidente Hosni Mubarak anunció el domingo que per-mitirá las primeras elecciones directas con varios partidos en la historia de su país. Críticas leves a España El informe dedicó también algunos párrafos a España. Se-gún el documento, el Gobierno español respeta en general los derechos humanos, aunque persisten algunos problemas, si bien el sistema legal y judicial ofrece medios efectivos para atenderlos. El informe señala que hubo «alegaciones creíbles» de que algunos miembros de las fuer-zas de seguridad cometieron abusos sobre detenidos y malos tratos a extranjeros e inmigrantes ilegales. También apunta a que las largas detenciones preventivas y los retrasos en los juicios son algunos de los problemas.