Diario de León
Publicado por
ENRIQUE VÁZQUEZ
León

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LA REUNIÓN de Londres sobre las reformas en el Gobierno palestino duró apenas unas cuantas horas, pero marcó un claro énfasis pro-palestino: contra los deseos de Israel, ausente, el comunicado final relaciona la sesión con la Hoja de Ruta, valora mucho los gestos palestinos en curso, pide a Sharón que cumpla su parte en el proceso y recuerda que el futuro estado palestino debe tener continuidad territorial. El voluntarioso Tony Blair, que arrancó a Bush reelegido el principio de una conferencia (luego descafeinada hasta ser lo que ha sido), ha actuado desde su criterio de que resolver el conflicto israelo-palestino es la prioridad de la agenda internacional. Israel puede decir que el comunicado no es vinculante. Y es verdad, pero en términos políticos, el mensaje común Washington-Londres-UE-ONU es explícito: Israel debe acomodarse de inmediato a la Hoja de Ruta. El Gobierno de Sharón pretendía que el tono fuera sólo técnico y no contuviera ciertos recordatorios, pero no ha sido así. La víspera, la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, había dado el tono al pedir a Israel que se abstuviera de toda política unilateral capaz de comprometer el proceso y decir que un Estado hecho de trozos no funcionaría. ¿Cambio de rumbo desde Washington? No, pero sí reconocimiento al voluntarioso Tony Blair, a quien no se podía desautorizar con lo que está haciendo en Irak y una cierta recuperación de autonomía política respecto a Israel, aunque se la entienda compatible con las garantías escritas que sobre colonias, fronteras y refugiados dio -y no debió dar, si quería ser el 'honrado mediador' que dice ser- a Sharón en abril del año pasado. Asimismo, la reunión sirvió también para celebrar de paso un encuentro del cuarteto que administra la Hoja (USA-UE-ONU-Rusia) y oír al ministro Barnier decir que Francia entiende que a esta conferencia, tan tasada y volcada en el lado palestino, debe seguir una «conferencia política» en el segundo semestre de este año. El calendario, que Israel pretende controlar, se complica, parece acelerarse y podría alterar el plan de Sharón: una apacible retirada de Gaza, el desarme palestino de facto y seguir ganando tiempo mientras se ofrece a los palestinos algo menos de la mitad de Cisjordania.

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