Un país ocupado desde 1976
El Líbano vive bajo la constante amenaza que supone la enemistad de sus dos vecinos, Siria e Israel y su no resuelta situación interior. Actualmente se mantiene una precaria paz que puede verse rota en cualquier momento dados los múltiples factores que intervienen en la difícil situación de este país. La sociedad se encuentra dividida entre quienes apoyan la tutela de Damasco y quienes abogan por una mayor autonomía. A finales de los años 80 más de una treintena de grupos armados diferentes estaban enzarzados en una cruenta guerra civil (1975-1990). El resultado del conflicto fue la fragmentación del país en territorios controlados por las diferentes facciones rivales drusas, musulmanas, la Falange Cristiana, el grupo chií Amal y otros muchos. Los acuerdos de Taef, firmados en 1989 y que pusieron fin a la guerra civil, establecieron una redistribución de poder entre las diferentes comunidades, de la que salieron reforzados los musulmanes. Desde entonces Siria mantiene un fuerte tutelaje político sobre El Líbano, afianzado con un importante despliegue militar. La presencia militar de Siria en el Líbano se remonta a 1976, cuando envió cerca de 30.000 soldados en un acuerdo con la Liga Árabe para mediar en la guerra civil libanesa. Pero tras el conflicto, los acuerdos de Taef garantizaban la presencia del Ejército sirio, como contrapeso a la invasión israelí.