Italia exige la verdad sobre la muerte del agente que salvó la vida a Sgrena

La liberacion de la periodista Giuliana Sgrena ha tenido un sabor agridulce para los italianos tras la muerte del agente del servicio secreto Nicola Calipari a manos de una patrulla norteamericana a pocos kilometros del aeropuerto de Bagdad. La forma en que fue tiroteado el automovil ha sido duramente criticada tanto por miembros del Gobierno como por los representantes de la oposicion. Italia quiere saber la verdad y todo el pais, encabezado por el presidente del pais, Carlo Azeglio Ciampi, ha exigido a Estados Unidos una investigacion sobre los hechos. La Casa Blanca se ha comprometido a realizarla de una forma agresiva. Paralelamente, otra investigacion judicial sigue adelante en Roma, con la imputacion por parte del Ministerio fiscal de un delito de homicidio voluntario y el envio a Washington de una rogatoria para conocer el nombre de los soldados que formaban la patrulla. Mientras la diplomacia trata de esclarecer los hechos, miles de personas desfilaron ayer ante los restos mortales del agente secreto Nicola Calipari. Su cuerpo habia sido recibido el sabado por la noche en el aeropuerto de Ciampino por el propio presidente de la Re-publica, quien no quiso separar sus manos del féretro cubierto con la bandera italiana. La polémica sobre la presencia de las tropas italianas en Irak. El ministro de Comunicación, Mauricio Gasparri, insistió en que las tropas italianas (Italia desplegó un contingente de 3.000 hombres en Irak) seguirán en ese país de Oriente Medio, aunque el ex primer ministro Giulio Andreotti manifestó «que cuanto antes volvamos, mejor para nosotros». Los líderes políticos también quisieron unirse al sentir popular en sus declaraciones. La derecha, siempre muy proamericana, no busca un enfrentamiento con Bush, pero exige explicaciones. «Lealtad a Estados Unidos, pero sin sombras», dijo el primer ministro Silvio Berlusconi al embajador norteamericano. Mientras, algunos miembros de la oposición como Piero Fassino atacaron duramente a los Gobiernos italiano y norteamericano. En lo que sí está de acuerdo toda la izquierda es en evitar el antiamericanismo que ha comenzado a surgir en el país. Y es que lo ocurrido el viernes no ha hecho más que recordar otros sucesos como el de Sigonella, cuando en 1985 Betino Craxi se negó a entregar a los americanos a los secuestradores del navío Achille Lauro, o el incidente que en 1998 protagonizaron pilotos americanos que cortaron el cable del funicular del Cermis ocasionando no menos de veinte muertos. Entonces, la justicia americana absolvió a los pilotos.