El científico paquistaní Khan vendió centrifugadoras de uranio a Irán

El científico Abdul Qader Khan -el padre de la bomba atómica paquistaní y caído ahora en desgracia- vendió a Irán centrifugadoras de uranio para desarrollar su programa nuclear, según admitió ayer el ministro de Información de Pakistán, Sheij Rashid Ahmed, quien insistió en que su Gobierno no intervino en la venta. Esta es la primera vez que Is-lamabad ofrece detalles sobre los materiales secretos vendidos por Khan a Irán, Corea del Norte y Libia. En el pasado ya había admitido que suministró de forma ilegal secretos nucleares a esos tres países, pero no había detallado qué era lo que les había proporcionado. En un seminario organizado por un diario local y ante la pregunta de un periodista, Ahmed señaló que Khan «entregó centrifugadoras a Irán por su propia cuenta», y aclaró que «el Gobierno no tuvo nada que ver con ello». No obstante, insistió en que, pese a sus delitos, no se entregará al científico a otro país para que sea juzgado. Las centrifugadoras son utilizadas para purificar uranio a fin de que este material pueda ser usado como combustible para plantas de energía nuclear o armas atómicas. Irán insiste que el uranio enriquecido que produce es sólo para uso civil, pero Washington sostiene que Teherán está produciendo combustible para ojivas atómicas. Pakistán está dispuesto a cooperar con la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) en el «caso Khan», pero ha advertido que no permitirá la supervisión por agencias de la ONU de sus programas de armamento ni les facilitará documentación nuclear. Khan se encuentra en arresto domiciliario desde diciembre del 2003 y, en febrero del 2004, admitió haber revelado a Irán, Libia y Corea del Norte secretos nucleares sin autorización de su Gobierno, por lo que pidió perdón y clemencia al país a través de la televisión. El presidente paquistaní, el general Pervez Musharraf, perdonó a Abdul Qader Khan, pero el científico paquistaní ha permanecido confinado en su domicilio desde entonces.