Annan propone al mundo una reforma global para salvar la ONU

El secretario general de la ONU, Kofi Annan, presentó ayer sus recomendaciones para reformar el organismo en el esfuerzo más amplio y profundo en sus 60 años de historia y urgió a los 191 países miembros a tratar las propuestas de cambio como un «conjunto» y no como un «menú a la carta». Será en septiembre cuando se celebre en Nueva York la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que revisarán los avances en el cumplimiento de las Metas del Milenio, que básicamente buscan reducir el hambre y la pobreza en el mundo a la mitad en el 2015. Aprovechando esta cita, Annan quiere sacar adelante su reforma, cuyos puntos principales expuso ante la Asamblea General y que están recogidos en un informe de 63 páginas con el título de En mayor libertad: hacia el desarrollo, la seguridad y los derechos humanos para todos . «Mi esperanza es que los lídres mundiales, cuando lleguen aquí en septiembre, estén preparados para adoptar las decisiones necesarias», dijo. El secretario general quiso dejar claro que no se trata de «un menú a la carta» y que, para que sean efectivas, sus recomendaciones deberían ser adoptadas como un paquete global, en bloque. «Si esto no es así, no funcionará. Lo que estoy proponiendo es una estrategia general», apuntó abriendo la puerta a seis meses de duras negociaciones. Alto riesgo No obstante, fuentes de su gabinete señalaron el «alto riesgo» de que algunas de ellas no sean finalmente aprobadas, conscientes de que levantaran ampollas entre algunos estados miembros, sobre todo en Esta-dos Unidos. A pesar de ello, el plan de Annan es visto como un «ahora o nunca», como una tabla de salvación para evitar que la credibilidad de la ONU siga en caída libre y se convierta en una institución irrelevante, como ya apuntan desde Washington, desde donde en los últimos meses han llovido las críticas en su contra, llegando incluso a pedir su dimisión. Y es que las Naciones Unidas atraviesa por el momento más delicado desde su creación en 1945, con una aguda crisis de confianza, lastrada por la pérdida de legitimidad a raíz de la invasión unilateral de Irak y bajo una negra y pesada sombra de duda ante las denuncias de corrupción en su programa Petróleo por alimentos, que está siendo investigado y cuyas conclusiones se esperan para dentro de un par de meses. A todo esto se unen los recientes escándalos sexuales en misiones de paz. No en vano, fue el propio Annan quien calificó el 2004 como annus horribilis . Ahora, quiere mirar adelante y adecuar el organismo a los retos y nuevas amenazas del siglo XXI.