Treinta mil muertos al año en un país con 200 millones de armas

Treinta mil ciudadanos son asesinados cada año en Estados Unidos con armas de fuego, una tasa de criminalidad que multiplica por diez a la de la Unión Europea y que está muy relacionada con los 192 millones de armas que poseen los 280 millones de habitantes del país. La Constitución norteamericana consagra el derecho de sus ciudadanos a poseer un arma de fuego como símbolo máximo de la adorada libertad individual estadounidense. La puesta en práctica de la Segunda Enmienda, redactada en 1971 con el objetivo, no de protegerse de los malhechores, sino de los ingleses, ha sufrido recortes a lo largo de la historia. La más polémica fue la ley Brady, dictada por la Administración Clinton en 1994, y que prohibía la venta de 19 modelos de potentes armas semiautomácticas. La medida fue decisiva en la pérdida de popularidad del entonces presidente, puesto que según sus detractores no servía para atajar las muertes violentas, ya que los asesinos siempre iban a poder acudir al mercado negro, pero sí para dejar desprotegidos a los pobres ciudadanos que sólo querían defender a su familia. Bush cambió la ley La opinión de los estadounidenses sobre la venta de armas de asalto cambió tras lo ocurrido en el instituto Columbine, cuando dos alumnos mataron a doce compañeros y un profesor antes de suicidarse. Pero en septiembre pasado, en plena carrera hacia la Casa Blanca, el Gobierno de George W. Bush hizo la vista gorda a la hora de prorrogar la citada norma -que tenía diez años de vigencia- y los subfusiles volvieron a los escaparates de las armerías. Fue uno de los pocos momentos de la contienda electoral en los que el aspirante demócrata, el senador John Kerry, llamó a las cosas por su nombre, pero esto no fue suficiente para que recibiera el apoyo de los electores. Bush, vino a decir Kerry, se había plegado a los intereses de la Asociación Nacional del Rifle, que aportaba 20 de los 400 millones de dólares que costaba la campaña republicana. El debate sobre las armas en Estados Unidos está aparentemente cerrado.