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León

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En dos ocasiones el cubano Luis Grass Rodríguez trató de llegar a EE.UU. a bordo de vehículos flotantes, pero fracasó. En el tercer intento, cambió de estrategia y llegó, por Centroamérica y México, haciéndose pasar por turista. «Tenía que llegar a EE.UU. porque esa era mi meta principal. Aquí es donde tengo parte de mi familia y la de mi esposa, además, ya el gobierno cubano estaba acosándome», dijo ayer Grass en una entrevista con Efe. El cubano alcanzó su objetivo el pasado 16 de marzo, cuando se presentó ante las autoridades estadounidenses de Inmigración en Brownsville (Texas), con su esposa Isora Hernández y su hijo de cinco años, Angel Luis Grass Hernández, tras cruzar las fronteras de Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y EE.UU. «Por suerte para nosotros los cubanos y por desgracia para otros países que no tienen la facilidad nuestra con la ley que existe, pasar la frontera de EE.UU. no es muy difícil».