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El enemigo de Sadam que ayudó a EE.UU. en la invasión

El nuevo presidente de Irak nació en 1933 en el Kurdistán y fue condenado en varias ocasiones a muerte por el derrocado líder iraquí Sadam Huseín que le consideraba uno de sus enemigos

Talabani, ayer durante su discurso en la Asamblea Nacional

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efe | bagdad

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Yalal al Talabai se convirtió ayer en el primer presidente de Irak perteneciente a la minoría kurda suní, tras ser elegido para el puesto por la Asamblea Nacional o Parlamento iraquí. Talabani, nacido en 1933 en una aldea de Suleimaniya, una de las tres provincias del Kurdistán iraquí, es el dirigente de la Unión Patriótica Kurda (UPK), principal integrante de la Alianza Kurda que cosechó 75 de los 275 escaños del Parlamento en las elecciones del pasado 30 de enero. El nuevo presidente de Irak fue condenado a muerte en varias ocasiones por el derrocado líder iraquí Sadam Huseín, que le consideraba uno de sus principales enemigos. Llamado el tío Jalal, Talabani es un decidido nacionalista que lanzó una cruzada de varias décadas por los derechos de su pueblo. Los kurdos se encuentran repartidos entre Irán, Siria, Irak y Turquía. En estos dos últimos países la minoría kurda exige, desde hace décadas, la creación de una entidad independiente para su comunidad. Nacionalista Durante sus veinticuatro años en la presidencia, Sadam emitió numerosos indultos, que incluyeron a políticos y militares disidentes, pero excluía siempre a Yalal al Talabani, a quien acusaba de traición. Graduado en Derecho en la Universidad de Bagdad en 1959, Talabani hizo el servicio militar y fue comandante de una división de tanques hasta que en 1961 fue elegido miembro del Comité Central del Partido Democrático del Kurdistán (PDK), que entonces lideraba Mustafá al Barzani, padre del actual dirigente del grupo, Masud. En 1968, se separó del PDK para formar, siete años más tarde, la UPK cuando estaba en el exilio en Siria. El UPK, de ideas socialistas, se hizo popular en los medios urbanos. A partir de esta fecha se trasladó al norte de Irak, desde donde comenzó su lucha contra el gobierno central de Bagdad para exigir la autonomía para los cuatro millones de kurdos iraquíes. Las milicias de la UPK libraron violentos combates con las del PDK por el control del Kurdistán desde la década de los setenta hasta finales de los años noventa, cuando los dos grupos se aliaron contra el Ejército del depuesto régimen de Sadam. La UPK y el PDK desempeñaron un importante papel en la invasión de Irak, apoyando desde el norte a la coalición angloestadounidense que derrocó al régimen de Sadam el 9 de abril del 2003. La Alianza Kurda Los dos grupos formaron, junto con otras entidades pequeñas, la Alianza Kurda, que se convirtió en la segunda fuerza en el nuevo Parlamento de Irak tras obtener 75 escaños. Esta posición permitió a los kurdos negociar con la Alianza Unida Iraquí (AUI, chií confesional), que obtuvo 140 escaños, para formar el gobierno y nombrar a los candidatos para los puestos de presidente y vicepresidentes de Irak.

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