| Perfil | Andrés Manuel López Obrador |
Ya es un mártir político
Su populismo y defensa de la democracia han ido en aumento a lo largo de su vida. Para unos es el Chávez, el Mandela o el Lula mexicano, honesto, austero y gran comunicador
Manuel López Obrador ya es un mártir político. Ha caído en desgracia por desoír, consciente o no, unas decisiones judiciales que seguramente considera injustas. Amlo, acrónimo por el que se le conoce, bateó desde 1976, después de licenciarse en Ciencias Políticas, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde entonces su populismo y su defensa de la democracia fueron en aumento. Ahora comprobó que además de defenderla debe acatarla. Trabajador incansable nacido en 1953 en Villa de Tepetitán, Tabasco, un estado donde el petróleo lo es todo, tuvo la habilidad de abandonar el PRI tan pronto se olió el declive de éste y la escandalosa corrupción. Una de las páginas oscuras de su vida es que siendo niño mató accidentalmente a su hermano y a un amigo. Se unió a la corriente de Cuauhtémoc Cárdenas, que después fundó el izquierdista PRD. Fue candidato a la gobernación de Tabasco en dos ocasiones, 1988 y 1994. Se hizo famoso por la toma de pozos petrolíferos, en protesta por lo que consideraba un abuso de la petrolera Pemex por dejar pingües beneficios a las comunidades locales. Llegó a la alcaldía de México en medio de fuertes críticas por cumplir el requisito de residencia mínima en la ciudad mediante un tecnicismo legal. Para unos es el Chávez, el Mandela o el Lula mexicano, servidor público, honesto, austero y gran comunicador. Además, El Peje, como le llaman otros, es uno de los hombres más deseados del país. Viudo con tres hijos, muchas son las mujeres que quieren convertirse a su lado en primera dama.