Dos candidatos por el precio de un voto
Los laboristas inician su asalto a la tercera legislatura duplicando a su candidato: al lado del desgastado Blair estará el hacedor de su éxito económico Gordon Brown
El Partido Laborista británico inició ayer sus tres semanas electorales más difíciles desde 1997. Si en aquella fecha su baza electoral era su candidato Tony Blair -su prestigio le valió un triunfo aplastante tras 18 años de conservadurismo- en las elecciones del próximo mayo es el desprestigio que vive ese mismo candidato por su apoyo a la invasión de Irak, lo que pone de los nervios al seno laborista y el motivo por el que los sondeos iniciales ponen en peligro la mayoría laborista e incluso la posibilidad de un tercer triunfo consecutivo. Tal es el hundimiento del blairismo que los gurú laboristas se han visto obligados a perder horas de sueño hasta hallar la solución menos imperfecta para compensar esa falta de confianza entre los votantes en Tony Blair. Para ello han duplicado el candidato a premier, colocando al lado de un Blair desgastado a un hombre de gran prestigio social: el ministro de Economía Gordon Brown. Así se mejora la imagen del jefe de Gobierno y se pone fin a las especulaciones sobre la división del laborismo en dos familias: los blairistas y los brownistas . Sólo hace unos meses se habló de un acuerdo de honor entre los dos hombres por el cual el primer ministro se había comprometido a abandonar la jefatura del partido para permitir a Brown presentar-se como candidato laborista a Downing Street. La pasada semana Blair cambió el tono al hablar de su chanceller , cuando dijo que si salía elegido éste seguiría en el Gobierno. Los laboristas quieren basar la campaña electoral en el éxito económico de los años de Gobierno laborista, y el hacedor de este éxito no ha sido otro que Brown. The Independent publicó lo que puede ser la confirmación de que los laboristas han apostado por Brown para salvar las elecciones: el director de cine Anthony Minghella ( El paciente inglés ) filmará una progranda electoral para los laboristas en el que aparecerán Blair y Brown trabajando codo con codo y en mangas de camisa en una mesa de la Cámara de los Comunes, en un intento por transmitir el mensaje de que el futuro Gobierno Brown tendrá la mismas competencia que Blair. Pero los conservadores saben que tienen en sus manos la mejor oportunidad en mucho tiempo para regresar al poder. Ayer Michael Howard, al presentar el manifiesto conservador recordó cuál es el mensaje principal de la oposición en esta campaña. El líder tory acusó a su rival laboritas de «romper todas sus promesas durante ocho años, ¿quién podrá creer algo de lo que diga en el futuro?», acusó desafiante.