La Liga Norte es el único aliado del Gobierno italiano que apoya ahora el fin de la legislatura
La patronal se suma a la oposición y exige a Berlusconi un adelanto electoral
El ministro de Exteriores, Gianfranco Fini, insinúa incluso un cambio de líder
Desde que el pasado día 4 los resultados electorales confirmaron el triunfo de la oposición centroizquierdista en once de trece regiones italianas en liza, el primer ministro, Silvio Berlusconi, ha sufrido una auténtica «semana santa» en la que se ha enfrentado a las iras de sus socios de Gobierno y al exulte optimismo de su opositor político, Romano Prodi. Ayer fue el presidente de la patronal, Luca Cordero di Montezemolo, el que se unió al coro de voces que piden la cabeza de Il Cavalieri. Durante un encuentro en Milán con industriales del norte, Montezemolo pidió al Gobierno que afronte los problemas del país o que se celebren elecciones generales. «Es necesario un Gobierno que gobierne», dijo para añadir que si no, es mejor convocar elecciones. Fue un mensaje claro y directo a Berlusconi: «No lo digo para favorecer a unos u otros, sino porque nuestro principal interés es que el país sea gobernado, con la economía y la empresa como asuntos prioritarios». Cordero añadió que «Italia no puede permitirse meses de campaña electoral». Montezemolo, que es también presidente del grupo automovilístico Fiat, lleva desde hace meses pidiendo al Ejecutivo un plan industrial serio y comprometido que relance la economía de un país que se encuentra sumido en una profunda crisis. Las críticas de la patronal se unen a las que el pasado domingo Marco Follini, líder de la UDC (demócratas cristianos) y socio de la coalición gubernamental, expresó en una entrevista al Corriere della Sera . En ella pide al presidente anticipar las elecciones de mayo del 2006 al próximo octubre argumentando que «es mejor ahorrar al país un año de una campaña electoral que será venenosa y demagógica». Críticas de la Alianza Cada día que pasa Silvio Berlusconi se enfrenta a nuevas críticas dentro de la Casa de la Libertad. La coalición en el poder está profundamente dividida y cada uno empieza a pensar por sí solo en las futuras elecciones generales. Ayer Il Cavalieri arremetió contra sus aliados, sobre todo Gianfranco Fini, ministro de Exteriores y líder de la Alianza Nazional (AN), de quien dijo «que debe haberse vuelto loco si piensa poder ser candidato a premier». Su enfado se debía a las insinuaciones de Fini de que tal vez haya llegado la hora de cambiar de líder. El viernes anterior el primer ministro había enviado una carta a Fini en la que le proponía retoques en el Gabinete. Que sólo el líder de AN fuera destinatario de la misiva ha hecho enfuriar a Follini quien se habría vengado con las polémicas declaraciones del domingo. La Liga Norte de Umberto Bossi es la única que apoya a Berlusconi. Ayer, tras la reunión del consejo general, Bossi ratificó la idea de que la legislatura debe llegar a su fin. La Liga es contraria a la revisión del programa que Berlusconi ha propuesto, ya que esto supondría una paralización de la llamada devolution, es decir, de las reformas constitucionales que convertirían a Italia en federal, reformas a las que se oponen el centro izquierda y sectores del centro derecha. «Es necesario un Gobierno que gobierne; de otro modo, mejor las elecciones (anticipadas)» LUCA C. DI MONTEZEMOLO Presidente de la patronal italiana