La Eurocámara dice sí al ingreso de Rumanía y Bulgaria en el 2007

Bulgaria y Rumanía superaron los últimos obstáculos de su proceso de europeización y, salvo imprevistos, dentro de once días entrarán en la meta al firmar sus respetivos tratados de adhesión a la Unión Europea (UE). El pleno de la Eurocámara dio ayer su visto bueno al ingreso de ambos países, pese a las dudas que en el último momento le entraron a algunos eurodiputados populares y verdes. La sexta fase de ampliación de la Comunidad está practicamente pergeñada, aunque tanto Bulgaria como Rumanía -que aportarán 30 millones más de habitantes a la Unión- deberán aguardar a enero del 2007 para convertirse en Estados miembros de pleno derecho. El proceso de integración fue autorizado ayer por el Parlamento Europeo, reunido en Estrasburgo, por 522 votos a favor y 70 en contra, en el caso de Bulgaria, y con algo menos de entusiasmo en lo que respecta a Rumanía, con 497 votos a favor y 93 en contra. Incumplimientos No obstante, el amplio respaldo parlamentario a las aspiraciones europeístas de Sofia y Bucarest va acompañado también de sendos informes en los que se evalúan los progresos hechos por ambos países y sus incumplimientos. En el caso búlgaro, se exigen mayores esfuerzos en la lucha contra la corrupción y el crimen organizado, en sintonía con lo que ocurre en Rumanía, país al que, además, se le reclaman pasos decisivos en la integración social de la población gitana, en la reforma de su sistema judicial o en el control de sus instalaciones nucleares. Fue la larga lista de incum-plimientos lo que sembró las dudas de última hora entre algunos eurodiputados. El portavoz de Los Verdes, Daniel Cohn-Bendit, solicitó un aplazamiento de la decisión parlamentaria bajo el pretexto de que ambos países, especialmente Rumanía no estaban preparados. Esta petición fue avalada expresamente por el democristiano alemán Hartmut Nassauer y otros diputados de grupos más minoritarios, que intentaron impedir que le diese un cheque en blanco a los dos candidatos. Pero el aplazamiento en la decisión de la Eurocámara fue rechazado por una abultada mayoría, así como por algún que otro airado comentario. El portavoz de los Liberales, Graham Watson, se mostró ra-dicalmente en contra de poner frenos de última hora, al igual que el conservador británico Van Orden, quien consideró que ya son suficientes las cláusulas de salvaguarda recogidas en las actas de adhesión de Rumanía y Bulgaria para bloquear su ingreso si fuese necesario. Por parte de la delegación es-pañola, el apoyo a la adhesión fue prácticamente unánime, pese a que la socialista Bárbara Dührkop estimó que el ingreso de ambos países en la Unión Europea costará alrededor de 44.300 millones de euros entre el 2007 y el 2013, dinero que en gran medida lograrán por los fondos estructurales y de cohesión que dejará de percibir España.