Alega un grave estado de conmoción en la ciudad y disuelve el cuestionado Tribunal Supremo
El presidente de Ecuador decreta el estado de emergencia en Quito
Los manifestantes aseguran que no cesarán en sus protestas hasta que Gutiérrez se vaya
Ecuador vive una vez más horas convulsas. El decreto del presidente Lucio Gutiérrez imponiendo el estado de emergencia en Quito, la capital del pequeño país suramericano, y anunciando el cese de los miembros de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) volvió a calentar los ánimos y miles de manifestantes desafiaron al mandatario, al que acusan de «dictador» y salieron a las calles para exigir su renuncia. El Congreso, algunos de cuyos diputados querían «autoconvocarse», debe ratificar o levantar el decreto. Gutiérrez, acompañado por la cúpula militar, anunció la noche del viernes por la televisión nacional la decisión de limitar las libertades individuales ante el «estado de conmoción» creado por las protestas. «Querido pueblo de Ecuador: pongámonos todos en las manos de Dios», dijo al reconocer que la crisis estaba originada por lo que llamó «una reorganización de la Corte Suprema». Las Fuerzas Armadas estarán a cargo de controlar y mantener el orden. El almirante Víctor Hugo Rosero, jefe del Comando Conjunto, anticipó el respaldo al estado de emergencia, que comentó «sólo busca evitar que el caos y la anarquía se apoderen del país». El almirante Rosero leyó un comunicado en el Ministerio de Defensa, llamando a los ecuatorianos a «la reflexión, a la serenidad» y a deponer «actitudes de confrontación o beligerancia». Dijo también que la fuerza pública sólo actuará «cuando la seguridad ciudadana se vea amenazada» Desde este sábado, los derechos civiles afectados por esta disposición son: de expresión, movilización, de privacidad y de inviolabilidad de domicilio, por lo cual quedan prohibidas las reuniones, la libertad de expresión, permitiendo además que las autoridades puedan ingresar sin orden judicial a los domicilios particulares y requisar temporalmente los bienes privados. Crisis reincidente Esta crisis, sin embargo, no es reciente. Colea desde el mes de diciembre pasado cuando el Congreso, con los votos de diputados afines al gobierno -y según la oposición a petición del mandatario- aprobó la sustitución de 27 de los 31 magistrados del máximo tribunal. La oposición protestó por lo que consideró una ingerencia en la independencia del Poder Judicial por una resolución que violaría la Constitución. Según Gutiérrez, que lleva 27 meses en el poder, la Corte designada en diciembre iba a durar poco y lamentó que el Congreso no haya podido encontrar una solución a ese problema. Lo cierto es que desde entonces las protestas se sucedieron, recrudeciéndose a finales de marzo tras el fallo del presidente de la CSJ, Guillermo Castro, de cancelar los juicios por presunta corrupción contra el ex presidente Abdalá Bucarám, su amigo personal, quién regresó a Ecuador el 2 de abril, tras 8 años de exilio en Panamá. También se beneficiaron con la anulación de los juicios pendientes el ex gobernante Gustavo Noboa, y ex vicepresidente, Alberto Dahik. Apodado El Loco , el líder del Partido Roldosista Ecuatoriano, aliado del gobierno, ostentó el poder entre agosto de 1996 a febrero de 1997, cuando fue destituido por el Congreso por «incapacidad mental». Su presencia en la portuaria Guayaquil, su ciudad natal, la mayor del país en número de habitantes -2 millones- , encendió las pasiones y la tensión política aumentó. Después de su decisión, el jefe del estado no volvió a hacer declaraciones, pero compareció en un balcón del Palacio de Carondelet, sede del gobierno para recibir el apoyo de un grupo de sus seguidores, entre ellos su hermano Guilmar.