Se multiplican los rumores sobre el cese del comandante en jefe del Ejército, que apoyó al presidente
Los ecuatorianos exigen la renuncia de Gutiérrez al frente del Gobierno
Ecuador vive una vez más horas convulsas. El presidente Lucio Gutiérrez levantó el sábado el estado de emergencia en Quito, la capital del país, que había decretado en la noche del viernes, ante el rechazo de miles de ecuatorianos a la medida que contemplaba el cese de los miembros de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Lo más suave que escuchó el mandatario a lo largo del día fue «dictador», tanto en declaraciones de líderes de la oposición como de ciudadanos de a pie que desafiaron la orden presidencial. El presidente chileno Ricardo Lagos suspendió la visita oficial que iba a comenzar hoy. Gutiérrez explicó en rueda de prensa que el estado de excepción quedaba levantado porque se «consiguió el objetivo fundamental, que es la cesación de la Corte Suprema de Justicia». Señaló que también respondía a la petición formulada «en nombre de todos los legisladores» por el presidente del Parlamento, Omar Quintana. En medio de rumores sobre la destitución del comandante en jefe del Ejército, el general Luis Aguas Quintana convocó para ayer una sesión especial en la que se trató el tema que originó la crisis: los nombramientos en la Corte Suprema de Justicia (CSJ) y la reforma de la Ley Orgánica de la Función Judicial (FJ). Relevo Algunas noticias apuntaban a la designación del general César Ubillus para sustituir a Aguas, quien supuestamente se habría negado a acatar el estado de emergencia. Sin embargo, Aguas rechazó «categóricamente» esos «rumores» que se han dado últimamente. «Quiero decirles que soy el comandante legítimo del Ejercito ecuatoriano», concluyó. El hecho de que tuviera que ratificar ante la prensa su situación en el seno de las Fuerzas Armadas levantó más especulaciones sobre las divergencias en el estamento castrense, que, no obstante, Aguas definió como «cohesionadas». Gutiérrez, acompañado por la cúpula militar, anunció la noche del viernes por la televisión nacional la decisión de limitar las libertades individuales ante el «estado de conmoción» creado por las protestas. «Querido pueblo de Ecuador: pongámonos todos en las manos de Dios», dijo al reconocer que la crisis estaba originada por lo que llamó «una reorganización de la Corte Suprema». Sin embargo, varios diputados consideraron exagerada la medida, pues no existen en el país razones constitucionales que justifiquen su adopción. Citaron así una agresión exterior inminente, una guerra, un estado de conmoción grave o catástrofes naturales, que sí podrían ser motivo para que las Fuerzas Armadas (FF.AA.) se hicieran cargo de controlar y mantener el orden. El almirante Víctor Hugo Rosero, jefe del Comando Conjunto, anticipó el respaldo al estado de emergencia, que -según comentó- «sólo busca evitar que el caos y la anarquía se apoderen del país». Esta crisis no es reciente. Colea desde el mes de diciembre pasado cuando el Congreso aprobó la sustitución de 27 de los 31 magistrados del máximo tribunal.