Acabar con la dictadura
Compañeros de Ejecutivo y alcaldes de las principales ciudades del país han solicitado la revocación de lo que para ellos es un decreto dictatorial que no tolera absolutamente nadie
La reacción entre la oposición al anuncio del coronel retirado Lucio Gutiérrez no se hizo esperar. Le dieron la espalda hasta aliados como Bucarám. «El presidente ha tomado una decisión equivocada», dijo. El vicepresidente Alfredo Palacio y Paco Moncayo, alcalde de Quito, exigieron, por su parte, el fin de la dictadura. Además, en las calles, a los protagonistas de los habituales «cacerolazos» nocturnos se sumaron miles de ecuatorianos que a pie o en coches, haciendo sonar las bocinas, gritaban consignas contra los tres poderes de la nación. «He venido a expresar el dolor, a rechazar frontalmente el estado dictatorial que está viviendo la nación», dijo Palacio, quien exigió que Gutiérrez «revoque el decreto dictatorial» porque «el país no le tolera». Según Jaime Nebot, alcalde de Guayaquil y líder del Partido Social Cristiano (PSC), el más grande del país, el decreto de Gutiérrez «no tiene ningún valor jurídico». Por ello, convocó para ayer una manifestación, que pretendía «el retorno del estado de derecho».