Todos los opositores al régimen debían ser tratados como delincuentes sin derechos
Los militares argentinos fueron adoctrinados para torturar a los detenidos
Un general entrega al juez los famosos «Manuales de la muerte» utilizados con Pinochet
El general Cristino Nicolaides, miembro de la última dictadura militar argentina, acusado de graves violaciones contra los derechos humanos, presentó ante el juez federal Carlos Soto Dávila, varios ejemplares de los supuestos Manuales de la muerte a los que el ex represor había aludido hace unas semanas durante un interrogatorio judicial. Con esto, los abogados del ex titular del Ejército buscan evitar que sea juzgado de forma individual al exponer que se trató de acciones generales, dentro de un plan de batalla, con normas y procesos. Entre los manuales, el más importante para conocer la forma en que se encaró la lucha contra la subversión es el de Operaciones contra elementos subversivos . Afirma que «el concepto rector será que el delincuente subversivo que empuña armas debe ser aniquilado, dado que cuando las Fuerzas Armadas entran en operaciones contra estos delincuentes no deben interrumpir el combate ni aceptar rendiciones». Estos textos son instrucciones de las Fuerzas Armadas argentinas para enfrentar a la guerrilla. Los Manuales de la muerte fueron impresos en el Instituto Geográfico Militar y entraron en vigor el 8 de noviembre de 1968, aunque fue a partir del golpe de Estado de 1976 cuando se empezaron a usar. En lo que respecta al tratamiento de los detenidos, las instrucciones eran: «El activista, el perturbador del orden, etc., no será considerado prisionero de guerra y, por tal motivo, no tendrá derecho al tratamiento estipulado en las convenciones internacionales. El enemigo interno que provoque el quebrantamiento del orden legal será considerado un delincuente común y sus delitos estarán en las leyes civiles».