Villepin pide la cabeza de Raffarin para salvar el referéndum

El difícil «sí» de los franceses a la Constitución europea ya está provocando tensiones en el seno del Gobierno. Ayer, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, y el titular de Interior, Dominique de Villepin, se enzarzaron en una violenta discusión en pleno desayuno de trabajo después de que Villepin diera por hecha la sustitución de Raffarin al frente del Ejecutivo tras el referéndum. El ministro declaró el domingo a la emisora Europe 1 que «sea cual sea el resultado» del 29 de mayo, «el sentimiento que expresan actualmente los franceses se traducirá en la política nacional». Villepin, que nunca ha ocultado sus ambiciones por ocupar el palacio de Matignon, añadía que «habrá que llevar una política mucho más voluntariosa, más audaz y más solidaria». Sólo el recadero Con varios ministros de testigos, Raffarin le reprochó ayer estas declaraciones y Villepin le respondió que sólo había hecho un recado. El titular de Interior se entrevistó con Jacques Chirac, del que es estrecho colaborador desde hace 10 años, horas antes de hacer sus polémicas manifestaciones del domingo. Varios analistas coinciden en que una vez que Chirac ha dejado claro que no di-mitirá aunque gane el «no», parece convencido de que la inmolación anunciada de su primer ministro le permitirá salvar el «sí» a la Constitución de la UE. Raffarin sólo cuenta con el 30% de apoyo entre el electorado. La última encuesta, publicada ayer por el diario Liberation , da el 53% a los partidarios del «no». En Holanda se mira con temor el resultado del referéndum galo. El suyo está convocado tres días después y el «no» empieza a avanzar también en los sondeos. En Gran Bretaña, Tony Blair podría estar dispuesto desistir de convocarlo en el 2006 si se produce un rechazo francés, según el diario británico The Guardian. Por su parte, el alto representante para la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea, el español Javier Solana, manifestó ayer que se sentirá «un poco traicionado» si lo franceses votan no el próximo 29 de mayo en el referéndum sobre la primera Constitución europea.