El país recobra la calma mientras el líder cesado toma un avión y se «exilia» en Brasil
El nuevo presidente de Ecuador anuncia reformas sin elecciones
Los manifestantes que «derrocaron» a su antecesor exigen a los políticos «que se vayan todos»
Un militar habla con el ya presidente Palacio tras su toma de posesión
Un día después de la tormenta llegó la calma. Tras la destitución del presidente Lucio Gutiérrez en la noche del miércoles fruto de las masivas protestas sociales y la presión de la cúpula militar, Ecuador se levantó con nuevo mandatario, Alfredo Palacio, que se presentó como «la única esperanza» para salir de la crisis institucional. Palacio, cardiólogo de 65 años que ocupaba la vicepresidencia del gobierno del coronel Gutiérrez, con el que estaba enfrentado, aseguró a través de su ministro del Interior, Mauricio Gándara, que ejercerá su cargo hasta el 15 de enero del 2007 -fecha en la que concluía el mandato del ejecutivo depuesto- y descartó que se vayan a realizar elecciones anticipadas. Gándara afirmó en declaraciones a radio Caracol de Colombia que «hay que hacer reformas serias y profundas pero meditadas para que el país no puede vivir de salto en salto». Esta decisión puede provocar suspicacias entre unos manifestantes que al grito de «que se vayan todos» criticaban a la clase política ecuatoriana en su conjunto. Incluso al propio Palacio cuando se presentó como salvador de la nación. Rumbo a Brasil Mientras, Lucio Gutiérrez se encuentra en la embajada brasileña en Quito donde espera partir este jueves o mañana viernes rumbo a Brasil tras concederle asilo político y un salvoconducto, al considerar que no cometió ningún crimen. El embajador Sergio Florencio aseguró que esta decisión es coherente con el deseo de encontrar soluciones para la crisis. Sobre las causas que precipitaron la caída del coronel, el ministro del Interior confirmó que éste promovió la impopular medida de permitir el regreso del ex mandatario Abdalá Bucaram (que gobernó desde 1996 hasta 1997), anulando así los procesos judiciales abiertos contra él por corrupción. Para ello Gutiérrez «reorganizó arbitrariamente la Corte Suprema de Justicia», sustituyendo en bloque a los 31 miembros del poder judicial, lo que colmó el vaso de la paciencia de la clase política y de la sociedad ecuatoriana.