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¡Hasta la vista...!

Siria abandona definitivamente el Líbano tras 30 años de ocupación en un ambiente de extrema cordialidad

Ciudadanos sirios muestran banderas nacionales para celebrar el retorno de sus tropas

Publicado por
Enrique Vázquez
León

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La evacuación militar siria en Líbano concluyó ayer oficialmente en un ambiente de extrema cordialidad castrense y de felicitaciones mutuas: «hermanos de armas, ¡hasta la vista!», gritó a los sirios enfervorizados en la base de Riyak el general Suleiman, jefe del ejército libanés, a lo que contestaron los sirios con otro «¡hasta la vista!». Los desconfiados, con Washington en cabeza - el Departamento de Estado rehusaba el pasado lunes expresar la menor señal de satisfacción y sólo ofrecía comentarios reticentes - no saben si el slogan es ominoso o sólo rutinario. ¿Volverán un día los sirios si la situación lo exige? La verdad es que cuando llegaron, en el año 1976, poco después de empezada la guerra civil, lo hicieron con el aval de la Liga Arabe reunida en Taif y han podido cumplir su objetivo: «la guerra terminó, los sirios han dejado más de diez mil muertos en la tarea y se reconoce incluso por sus adversarios que su papel fue decisivo. Se las vieron con todas las facciones y, desde luego, con la paz, se reservaron un papel de censor y facilitador que el tiempo había convertido en caduco». Bachar al-Assad ha cumplido el mandato elemental del estadista: ceder lo necesario para preservar lo esencial. En su caso, el poder. Y ha sabido insertar la retirada no sólo en la literalidad de la obligación que le impone la resolución 1559 del Consejo de Seguridad de la ONU, sino, hábilmente, en la renovación de la apertura política en su propio país, una demanda extendida. Dejó que circulara un manifiesto de la oposición favorable a la evacuación y el gobierno ha vuelto a abrir la mano del pluralismo político limitado y oxigenado el ambiente. No sólo ha liberado a muchos presos políticos, sino que está permitiendo la vuelta de exiliados de renombre que regresan antes de que se promulgue una esperada amnistía, seguros de que no se les tocará un pelo. Damasco, en fin, ha podido oír lo que quería por fin en la hora de la vuelta a casa. El general Suleimán, el de la hermandad de armas, dijo que ellos saben bien que tienen un enemigo común: Israel. El alcance geopolítico de la retirada parece limitado así, al menos en las palabras, y autoriza a pensar que no es seguro que el Estado judío obtenga una ventaja global con la operación. Los sirios se han movido a sus propias - y cercanas - posiciones y podrán decir en adelante, sin mentir, que ellos sí cumplen las resoluciones de la ONU, no como otros.