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Reconoce en su informe definitivo que ni siquiera hay indicios de su posible traslado a Siria

La CIA da carpetazo a la búsqueda de armas de destrucción masiva

Advierte de que hay expertos iraquíes en este armamento que podrían trabajar con «gobiernos hostiles»

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Óscar Santamaría - corresponsal | washingtonefe | roma
León

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Un nuevo informe, el último y definitivo, acaba de certificar que no existían armas de destrucción masiva en Irak, una de las principales razones esgrimidas por la Administración Bush para invadir el país árabe. Al menos, los servicios de inteligencia estadounidenses no han logrado encontrarlas. «Después de más de 18 meses, la investigación de las armas y el interrogatorio de los detenidos vinculados a esos arsenales han quedado agotados», señala el informe de 92 páginas elaborado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), colgado ayer en su página web y en el que se da por terminada sin éxito la búsqueda de estos arsenales. El informe, elaborado por el jefe de los inspectors de armas de la CIA Charles Duelfer, es un apéndice del presentado el pasado septiembre y sería el ultimo de una serie que condujeron a la misma conclusión. El Equipo de Vigilancia de Irak estuvo formado por 1.700 hombres y recorrió el país en busca de dichas armas, poniendo fin a su tarea en diciembre pasado. Asimismo, la CIA no ha podido encontrar evidencia alguna sobre la posibilidad de que el gobierno de Sadam Huseín hubiera trasladado parte de su arsenal a Siria, tal y como acusó la Casa Blanca después de los primeros fiascos de sus investigaciones. Según el texto, «basándonos en las pruebas disponibles (...) es poco probable que se produjera una transfe-rencia oficial de material de armas de exterminio desde Irak a Siria. No obstante, el Equipo de Vigilancia de Irak no pudo descartar el movimiento limitado no oficial de materiales relacionados con las armas de exterminio». Nuevos temores En este punto, Duelfer subrayó que no hay que bajar la guardia y advirtió que Huseín creó un grupo de expertos en la fabricación de este tipo de armas que en la actualidad podrían «estar buscando trabajo». Según señaló, existe el peligro de que «gobiernos hostiles, terroristas o insurgentes puedan tratar de conseguir esos conocimientos iraquíes» con la contratación de estos cerebros. Apoyado en estas conclusiones, el inspector de armas recomienda por otro lado que se libere a los iraquíes detenidos a los que se interrogó por su presunto conocimiento del armamento nuclear, químico y biológico que Estados Unidos quiso hacer creer al mundo que poseía el régimen de Bagdad. Este informe es el último revés que sufre la Casa Blanca en su estrategia para defender la guerra en Irak, aunque desde sus pasillos no dudan en defender, una y otra vez, que la invasión planeada por George W. Bush mereció la pena y que el mundo es mejor sin Sadam en el poder.