La CIA pidió mantener la cabeza de Bin Laden en hielo para llevársela a Bush

Osama bin Laden es hoy uno de los nombres que menos se oye en boca del gobierno de George W. Bush para relativizar el fracaso de su captura, pero en los días en que EE.UU. se lanzó sobre Afganistán para encontrarlo su valor simbólico era tal que la CIA pidió que se conservarse su cabeza en hielo para entregársela al presidente. La imagen hubiera tenido las proporciones bíblicas de Herodes con la cabeza de San Juan El Bautista en bandeja de plata, y hubiera dejado pequeña la anécdota de la mano del Che en formol recorriendo el continente americano para comprobar su identidad. El agente de 63 años Gary Schroen recuerda esa orden en su libro El primero en entrar: Recuento desde adentro de cómo la CIA fue la punta de lanza en la guerra contra el terror en Afganistán, que saldrá a la venta dentro de dos semanas. Carga de adrenalina «El director de la unidad antiterrorista de la CIA Cofer Black nos dijo: Me gustaría que me trajérais la cabeza de Bin Laden en una caja de cartón llena de hielo seco y yo se la llevaré al presidente. Y sobre el resto de sus lugartenientes, podéis poner sus cabezas en picas», rememoró el agente en una entrevista con la agencia Reuters. Schroen, que es un veterano de la CIA en el Sureste asiático y Oriente Medio, aseguró que no cree que el prominente jefe de la inteligencia estadounidense tuviese intención de cumplir sus palabras al pie de la letra, sino que pretendía impresionarles sobre la importancia de la misión y darles «una carga de adrenalina». «En mis 32 años en la CIA nunca antes había oído la orden de matar a alguien salvo en operaciones paramilitares», contó Schroen. En público, el presidente Bush había dicho, al más puro estilo del oeste americano, que quería al líder de Al Qaeda «vivo o muerto». Se cree que EE.UU. tuvo a tiro al millonario saudí en las cuevas de Tora Bora en diciembre del 2001, pero dejó la misión en manos de las tropas de la Alianza del Norte, que fallaron en la captura. EE.UU. prefería que fueran los afganos los que ejecutaran al líder de la organización terrorista islámica, al que se cree que está escondido en las montañas de Pakistán, cerca de la frontera con Afganistán. Asegura que la popularidad de Bin Laden en el mundo islámico es equivalente a la de un Robin Hood, por lo que cree que Pakistán no quiere arriesgar las consecuencias políticas de capturarlo. Irak vive otra jornada sangrienta con más de 30 muertos Los insurgentes prosiguieron ayer con su campaña de violencia y causaron la muerte de al menos 30 personas en una serie de ataques contra las fuerzas de seguridad en Bagdad, un día después de que atentados similares dejaran cerca de 60 muertos en Irak. El ataque más sangriento ocurrió hacia las 08.30 hora local (04.30 GMT) en el oeste de la capital, cuando un hombre bomba hizo estallar la carga explosiva que tenía adosada al cuerpo en medio de numerosos aspirantes a militar.