La Alemania democrática planta cara a la extrema derecha

Los alemanes dieron ayer una lección de democracia y plantaron cara a la extrema derecha, coincidiendo con la celebración del 60 aniversario del final de la segunda Guerra Mundial. Miles de personas se reunieron ante la Puerta de Brandemburgo de Berlín para celebrar «el día de la democracia». Los 3.000 neonazis que se concentraron en la centrica Alexanderplatz fracasaron en su intento de protagonizar la jornada de ayer. Los dirigentes del Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) se vieron obligados a suspender la manifestación que habían convocado bajo el lema «60 años de culto a la culpa y 60 años de tortura psicológica», ante el temor de la policía de que se produjeran enfrentamientos con la extrema izquierda. A través de unas pantallas gigantes de televisión, miles de berlineses siguieron en directo el discurso que el presidente federal, Horst Köhler, pronunció ayer en una sesión extraordinaria del Bundestag, Parlamento alemán, y del Bundestag, la cámara alta donde están representados los Estados Federados. Köhler rindió homenaje «a todas las víctimas» de la segunda Guerra Mundial. No sólo a las víctimas de la barbarie nazi, sino también a los alemanes que murieron en los bombardeos aliados durante la segunda Guerra Mundial y a los alemanes que fueron expulsados de Europa del este a medida que avanzaba el Ejército rojo. En la línea que marcó en 1985 su antecesor en el cargo, Richard von Weizsäcker, Köhler agradeció a las potencias vencedoras que derrotaran a la Alemania nazi y «liberaran» a este país del nacionalsocialismo. Pero dejó claro «que el final de la guerra no supuso el final del sufrimiento», ya que marcó la división de Alemania en dos.