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Por primera vez un presidente español visita oficialmente un campo de exterminio nazi

Zapatero da el homenaje pendiente a los republicanos de Mauthausen

«Os dejaron sin patria, porque una patria es sólo un país con justicia y libertad», afirmó

José Luis Rodríguez Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa, ayer

Publicado por
Paula de las Heras - mauthausen
León

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Los abrigos no fueron hoy suficientes para aplacar el frío de Mautthausen. La lluvia y un viento helador recibieron en el antiguo campo de concentración nazi a José Luis Rodríguez Zapatero. Hasta este museo del horror rodeado de un paisaje de ensueño se han desplazado estos días cerca 25.000 personas; entre ellos, una decena de ex combatientes republicanos que lograron sobrevivir a la barbarie y más de un centenar de familiares de víctimas españolas que aquí sufrieron la tortura de un régimen totalitario. El jefe del Ejecutivo celebró con ellos el 60 aniversario del fin de la II Guerra Mundial. Y rindió homenaje a su memoria. «Una memoria -dijo- que ha permitido que España sea hoy un país libre y Europa un continente de paz y democracia». A Mautthausen fueron traídos, entre 1940 y 1945, 8.000 españoles, todos ellos pertenecientes al bando perdedor de la guerra civil. La gran mayoría venían de Francia; muchos trataron de defender sin suerte la «línea Maginot» contra las tropas hitlerianas y acabaron en los fríos barracones del campo de la muerte. Tres cuartas partes de ellos jamás lo abandonaron. El resto, apenas dos mil, lograron sobrevivir al frío, el hambre, el trabajo sobrehumano y las vejaciones constantes. Pero no pudieron regresar a España. «Os dejaron injustamente sin patria porque un patria es sólo un país con justicia y libertad», les recordó ayer Zapatero. Frente al monumento dedicado a todos los españoles fallecidos en el campo, bajo una bandera republicana y otra constitucional (una concesión de los ex combatientes para la ocasión), el presidente del Gobierno se «inclinó» ante la causa republicana «en nombre de todo el pueblo español» y prometió trabajar por que nunca se olvide el sufrimiento de quienes lucharon por ella en su país y fuera de él. «Os merecéis un reconocimiento -les dijo- y este es el primero, pero no va a ser el último que haga desde el Gobierno». La Amical de Mauthausen conmemora cada año la liberación del campo de concentración por las fuerzas aliadas el 5 de mayo de 1945. Nunca un jefe del Ejecutivo había estado presente en estos actos. Y eso hizo difícil la visita de Zapatero (y su mujer, Sonsoles) a pesar de que el canciller austriaco Wolfrag Schüssel le acompañó como deferencia personal. Estuvo rodeado de ciudadanos de a pie: italianos, polacos, austriacos, kurdos y, por supuesto, españoles le siguieron en su rápida visita por los duros escenarios del horror. El español ex brigadista Eusebi Pérez Martín habló en representación de todas las víctimas de Mautthausen. Antes, durante el acto ante el monumento español, bajo la lluvia, el granizo y estandartes de diversas comunidades autónomas Zapatero había prometido a los ex prisioneros y a sus familiares la «entrega» a su causa: la de la justicia y la libertad que, según dijo, defendieron los republicanos con sus «banderas, lemas y eslóganes», y la de que nunca jamás se olvidará lo ocurrido (algo que juraron los supervivientes de Mautthausen el mismo día que abandonaron el campo).

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