Los demócratas dejan entrever que la Casa Blanca conocía la compra de petróleo a Sadam
El escándalo del crudo iraquí salpica ahora a una empresa de EE.UU.
Después de salpicar a políticos de Francia, el Reino Unido y Rusia, el escándalo por la corrupción del programa Petróleo por Alimentos para Irak de la ONU ha llegado a Estados Unidos. Así, un informe difundido el lunes por la noche deja entrever cómo Washington miró hacia otro lado mientras la petrolera texana Bayoil compraba crudo iraquí que acabó en refinerías americanas, sin preguntar de dónde venía. El informe fue hecho público por el senador demócrata Carl Levin en respuesta al presentado por el republicano Norm Coleman, presidente del mismo subcomité de investigaciones de la Cámara alta. Levin señaló que «debemos mirarnos en el espejo al mismo tiempo que señalamos con el dedo a otros», en referencia a las acusaciones lanzadas contra altos funcionarios franceses, británicos y rusos. En el centro de la diana se sitúa la compañía Bayoil, acusada ahora de pagar «directa o indirectamente» 37 millones de dólares en comisiones a Sadam Huseín para obtener el crudo a precios rebajados, algo de lo que Washington habría estado al tanto o no habría tomado las medidas necesarias para que evitarlo. El parlamentario británico George Galloway compareció ayer ante el comité presidido por Coleman para negar con rotundidad que se haya enriquecido de forma ilegal.