Mantienen sus tesis dos años después de que el «trío de las Azores» declarase la guerra a Irak
El PP se niega a reconocer todavía que Sadam no tenía armas en Irak
El Gobierno de Bush, la CIA, el Pentágono y Blair han aceptado públicamente que no tenían pruebas
Sabrina Harman ante el tribunal que la ha condenado
Dos años después de que el trío de las Azores declarase la guerra a Irak, la profunda brecha que alejó al Partido Popular del resto de las formaciones políticas sigue abierta. Todos los grupos, salvo el PP, aprobaron ayer una proposición no de ley con la que el Congreso de los Diputados declara probado «más allá de toda duda razonable» que en marzo de 2003 Sadam Huseín no poseía armas de destrucción masiva. Gustavo de Arístegui, portavoz del PP en la comisión de Asuntos Exteriores, insistió en que el que los inspectores de la ONU no encontraran las armas «no quiere decir que no existieran». Defendió que Sadam conservaba capacidad industrial para reanudar la fabricación de armas químicas, que uno de sus yernos dio pistas para encontrar los arsenales hasta que el dictador ordenó su ejecución y que en los presupuestos de Irak se incluyeron partidas para esos programas. Para el PP, el Grupo Socialista ha intentado «despreciar, desprestigiar y mancillar el buen nombre» de José María Aznar y el de Mariano Rajoy con una propuesta que recuerda algunas de las afirmaciones que hicieron para justificar la invasión, como aquella en la que el actual líder del PP destacaba que «toda la comunidad internacional (...) salvo el Partido Socialista Obrero Español» cree que Irak tiene esas armas. Además, denunció que el partido del Gobierno trate de utilizar la cámara baja para «certificar» que Aznar y Rajoy «estaban mintiendo cuando no lo estaban haciendo». El PSOE aseguró que con la iniciativa trata de rendir homenaje a las víctimas de la guerra de Irak, a los civiles inocentes y también a los soldados estadounidenses, británicos, italianos así como a los once militares y dos periodistas españoles fallecidos. Rafael Estrella, portavoz socialista en la comisión, subrayó que al apoyar aquella intervención militar el anterior Gobierno «humilló al Parlamento» y puso «en almoneda la dignidad de España» en el exterior. Y consideró: «No podíamos cerrar una etapa tan triste sin dejar constancia de la verdad».