Permanece detenido en la prisión de Tejas a la espera de un juicio fijado para el 13 de junio
EE.UU. acusa al anticastrista Posada de violar las leyes norteamericanas
El régimen de Castro irrita a la UE al expulsar de la isla a varios dirigentes comunitarios
El Gobierno de Estados Unidos decidió ayer, después de agotar el plazo legal tras su detención, acusar al activista anticastrista Luis Posada Carriles de haber violado las leyes de inmigración por haber entrado al país de forma ilegal. No obstante, el desenlace final de este caso no se conocerá hasta el próximo 13 de junio. Será entonces cuando Posada Carriles -acusado de atentar en 1976 contra un avión de Cubana de Aviación que causó la muerte a 73 per-sonas- comparezca ante un tribunal de inmigración para conocer su destino. Mientras permanecerá en la cárcel de El Paso, en Tejas. Según las leyes vigentes, Posa-da podría ser deportado a otro país, mientras Venezuela, de una de cuyas cárceles se fugó en 1985, sigue reclamando que sea entregado a Caracas para poder juzgarlo, y Fidel Castro considera que su detención es una «farsa» y que Estados Unidos lo protege porque «tiene miedo» a que hable ante un tribunal. Desde el Departamento de Es-tado señalaron días atrás que no es nada probable que sea extraditado a alguno de estos dos países, en la lista negra de Washington. Algunos expertos han especulado con la posibili-dad de que fuera entregado a un país de la Unión Europea. Bronca con Europa El socialista checo Libor Roucek, la popular española Pilar del Castillo o la ultraderechista Alessandra Mussolini, nieta del dictador italiano, son tan solo algunos de los parlamentarios europeos vetados por el régimen de Castro para viajar a Cuba y poder participar en la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, acto organizado por la disidencia en La Habana. Otros eurodiputados como los polacos Boguslav Sonik y Jacek Protasiewicz fueron detenidos y expulsados cuando pretendían entrar en la isla con visado turístico, lo que mereció la repulsa de las autoridades europeas. El presidente del Grupo Popular Europeo, el alemán Hans-Gert Pöttering, salió ayer en defensa de los dos eurodiputados polacos al argumentar que su expulsión, pese a contar con pasaportes diplomáticos, demuestra que Cuba «está lejos de aplicar los estándares de los países libres y democráticos y que la UE debe mantener el aislamiento internacional del régimen». La Comisión Europea, aunque de forma más templada, calificó el incidente de «lamentable».