Diario de León

La iniciativa de los euroescépticos fue duramente criticada por la mayoría de la Eurocámara

Durao Barroso sale reforzado y airoso de una moción de censura

Al presidente de la Eurocámara se le acusa de cohecho en el disfrute de unas vacaciones en yate

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Fernando Pescador - corresponsal | bruselas
León

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José Manuel Durao Barroso salió reforzado ayer del Parlamento europeo, donde se discutía una moción de censura presentada por un grupo de 73 eurodiputados, en su mayoría del ala euroescéptica, por un supuesto caso de cohecho en el disfrute de una semana de vacaciones, él y su familia, a bordo del yate de un millonario griego, Spiro Latsis. Fue un debate hosco y malcarado, en el que quienes llevaron la peor parte fueron los promotores de la moción de censura. Durao Barroso se preguntó ante el plenario de la Eurocámara qué culpa podía imputársele en aceptar la invitación de un viejo conocido, profesor suyo en Ginebra, con quien mantiene una estrecha relación desde hace 20 años. Nigel Farage, líder del grupo UKIP (Partido para la independencia del Reino Unido) le había reprochado a Barroso que su Comisión sancionó una ayuda de Estado para empresas del grupo del amigo de Barroso por importe de 10 millones de euros, y que otra empresa de Latsis se ha hecho con el contrato para la construcción de una autopista entre Atenas y Salónica en la que concurrirán fondos comunitarios. Barroso barrió la argumentación de Farage, recordándole que la decisión de la ayuda a Latsis fue tomada por la Comisión de Romano Prodi, a demanda del prestigioso y muy temido comisario de la Competencia, Mario Monti. A partir de ahí, los cielos dialécticos se abrieron sobre Farage y sus 72 compañeros de moción, sobre los que cayó, desde la mayor parte de los grupos de la Eurocámara, una verdadera tormenta de descalificaciones. Iniciativa indigna Pöttering (del PPE) dijo que la moción de censura era una iniciativa «desorbitada, indigna de un ser humano normal, un ataque a las instituciones europeas y a su credibilidad, una caza personal que busca desacreditar las instituciones de la UE». Roger Hellmar, un británico del PPE, había anunciado como moción de orden, antes del debate, que abandonaba su grupo, por las presiones recibidas tras haber firmado la moción de censura. Pöttering le deseó «buena suerte» en su intervención, y reconoció públicamente que otros cuatro miembros de su grupo habían suscrito el documento de Farage, «sin informar ni a los jefes regionales ni al jefe del grupo, con lo que la solidaridad interna del PPE se ha resentido». El futuro político de esos cuatro eurodiputados en el PPE depende de la actitud que adopten en la votación de la moción de censura, que tendrá lugar a comienzos de junio. Por su parte, el socialista Martin Schulz acusó a los autores de la moción de censura de actuar con malicia, pues sabían de antemano que las ayudas al grupo de Latsis las había aprobado la Comisión Prodi. Les acusó de haberla promovido estrictamente «para buscar publicidad, crear barullo, una mera fachada frente a la galería sin sustancia política» Graham Watson (liberales), inició su intervención considerando que «todo esto resulta ridículo», para espetar después que «Farage y Villiers (otro promotor de la moción de censura) son de la misma ralea».

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