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Los partidarios del sí votaron con la respiración contenida

El presidente de una mesa en Cambrai, al norte de Francia, recuenta los votos del referéndum

Publicado por
Domingos Sampedro - ?nviado especial | parís
León

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Inquietud, respiración con-tenida y sobre todo una gran movilización. Los franceses acudieron ayer en masa a las urnas dispuestos a escribir una página de la historia de su país, pero conscientes también de que decidirían colateralmente el futuro inmediato de Europa. «Cada uno de vosotros tendrá en sus manos una parte del destino de Francia», advirtió el pasado viernes el presidente de la República, Jacques Chirac, horas antes de que se cerrase la campaña. Pese a que los sondeos que anticipaban la victoria del no, en París se mantenían ayer por la mañana todas las quinielas abiertas. Luego, el recuento dejó claro lo que quieren los franceses. «Todo es posible». Este es el titular de portada del diario Le Parisien , uno de los pocos que se editan en domingo. El competidor Le journal de dimanche , parecía apostar implícitamente por el rechazo a la Carta, pues se ceñía a analizar las claves de un doble no en Francia y en Holanda. Estación de metro Louvre-Rivoli. Lo primero que llama la atención son decenas de pegatinas en la pared, que invitan a rechazar la Carta Magna con el pretexto de que «Europa demanda el cierre de 3.000 oficinas de correos en Francia». Las llamadas a votar si, por supuesto, brillan por su ausencia. En un colegio situado en las estribaciones de la plaza de la Bastilla, en lo que un día fue el barrio judío de París, la participación era ya elevada hacia las 10 de la mañana. En la valla habilitada en el exterior, los carteles a favor y en contra de la Constitución europea aparecían ensombrecidos por pintadas espontáneas y otros carteles que decían «no a la represión del movimiento estudiantil». «Egoísmos patriotas» A este punto acudió a votar Colomba Mayer, judía, y lo hizo a favor del sí con este argumento: «Soy francesa, pero también europea, y creo que el futuro de Francia no tiene sentido sin Alemania o sin Polonia. Todos sabe-mos como acabaron hace sesenta años los egoísmos patriotas». A quinientos metros de este colegio, en el llamado puerto de La Rapée, un grupo de emigrantes españoles se embarca en un típico bateaux parisino con el alcalde de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, y otros miembros del PSOE para hacer un recorrido por el Sena mientras le echan un mitin y degustan unas raciones de empanada, que aquí se cobran a 2,5 euros, algo que provoca infinidad de cuchicheos. Pilar Goas, natural de San Miguel de Reinante (Lugo), es una de las personas que se subió al crucero. Ella, al igual que todos los partidarios del sí, se acogía a la posibilidad de que se movilizasen los indecisos (20% del electorado). «Como se ponga a votar toda esta gente, le van a dar la vuelta al resultado». La opinión de esta mujer, que lleva 40 años residiendo en París, era compartida por la berciana Josefa García y por Modesto, también natural de Reinante, pero desde luego no por José Rojas, secretario general del PSOE en París e hijo de emigrantes . «Estoy aterrorizado por lo que puede pasar, porque incluso una colega de trabajo, muy europeísta, que llegó a pedirme información sobre la Constitución, acabó recriminándome que todo lo que le ofrecí era a favor. Esto puede ser un desastre».

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