Diario de León

El Congreso retrasó su reunión sobre la renuncia de Mesa en busca de una salida pactada

El Ejército boliviano advierte deque defenderá la democracia

Argentina, Brasil y la ONU enviaron observadores como pidió el presidente dimisionario Madrid envía un

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Robert Mur - especial para
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la paz Los ojos de los bolivianos están puestos en el Congreso, que ayer debía reunirse en Sucre para tomar una decisión sobre el futuro del país. Sin embargo, la sesión se postergó varias horas y su inicio quedó fijado para la medianoche pasada, hora española. Al cierre de esta edición, los legisladores aún no habían tomado ninguna resolución. Los 157 diputados y senadores prefirieron negociar en los pasillos, antes de entrar en el salón de la Casa de la Libertad de Sucre, capital histórica de Bolivia. Los diferentes grupos políticos evaluaban la situación, pero sus primeras impresiones dejaban entrever que sería muy difícil alcanzar un consenso. El Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR) mantenía su propuesta de nombrar presidente a Hormando Vaca, titular del Senado y primero en la línea sucesoria. Sin embargo, tanto el líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, como otros políticos y organizaciones cívicas y sindicales rechazaban esta idea. Como el alcalde de La Paz, Juan del Granado, quien inició una huelga de hambre como protesta. «Vaca Díez no tiene la legitimidad, ni la legalidad suficientes», dijo el edil. Mientras tanto, el presidente del Tribunal Supremo, Eduardo Rodríguez, se mostraba, una vez más, dispuesto a presidir el país y convocar elecciones si así lo decidía el Parlamento. Por su parte, el Ejército boliviano expresó ayer que respetará la decisión del Congreso. «Riesgo de enfrentamiento» El almirante Luis Alberto Aranda, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, reconoció que «hay un riesgo de enfrentamiento», pero descartó que fuera a traducirse en un conflicto armado, como había alertado horas antes el presidente dimisionario, Carlos Mesa. «La guerra civil es un término demasiado duro, que significaría violencia extrema, manejo de armamento de alto poder y enfrentamiento entre poblaciones armadas, lo que no va a pasar», insistió Aranda. El militar declinó dar su opinión sobre la opción presidencial de Hormando Vaca, pero dijo que «las Fuerzas Armadas siguen con atención el desarrollo de los acontecimientos» y que si es necesario el Ejército actuará para defender el Estado de derecho. Además, Aranda lanzó una advertencia a quienes quieren «destruir» la democracia: «El último bastión de la patria, que somos nosotros, aún permanece incólume para cumplir su sagrado deber». Precisamente, el Ejército garantizaba que la reunión del Congreso en Sucre se pudiera llevar a cabo con la máxima normalidad posible. En los alrededores de la Casa de la Libertad el ambiente era tenso, aunque hasta el momento no se habían producido incidentes, a pesar de los cientos de manifestantes que durante la madrugada del jueves habían llegado a la pequeña ciudad -de sólo 1.500.00 habitantes- para presionar a los legisladores y conseguir elecciones anticipadas. Por otra parte, Argentina, Brasil y la ONU enviaron observadores a Bolivia, ante la petición del presidente Mesa. «Si Vaca Díez, bajo maniobras políticas, fuera presidente convoco al pueblo a una dura resistencia para acabar con la mafia política» EVO MORALES Líder cocalero y del MAS

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