El nuevo presidente de Bolivia convocará elecciones y se irá

Trece horas, y un minero muerto, más tarde de lo que estaba previsto, finalmente el Congreso boliviano se reunió en Sucre y optó por la única solución que podía aplacar el clima de preguerra civil que vivía el país. Quien hasta ayer era el presidente del Tribunal Supremo, Eduardo Rodríguez, se convirtió en mandatario de Bolivia en una sesión que acabó hacia la medianoche hora local, madrugada de ayer en España. Una vez investido, Rodríguez anunció que su principal tarea será crear las condiciones de tranquilidad y diálogo necesa-rio para convocar elecciones antes de 150 días y renovar los poderes Ejecutivo y Legislativo. Expresó su intención de ser un presidente de transición y dijo que no sentía ningún apego por el cargo, por lo que pidió la colaboración de todo el mundo, y especialmente de los congresistas. Rodríguez agregó que solicitará la convocatoria de una asamblea constituyente y un referéndum para decidir la implantación de las autonomías, como reclaman las regiones. Sobre la polémica nacionalización de los hidrocarburos manifestó que «la Constitución dice que los hidrocarburos son del dominio originario del Estado; nada ha cambiado, lo que ha cambiado es la forma de administrarlos», dijo Rodríguez. Tregua Además, a los sectores socia-les movilizados les pidió una tregua y los invitó a «darse la mano» para encontrar una solución a las demandas. Por la tarde, haciéndose eco del impulsor de las protestas, el líder indígena Evo Morales, campesinos y mineros anuncia-ron, con fuertes detonaciones de dinamita en el centro de La Paz, su decisión de dar una tregua social al nuevo Gobierno y retornar a sus distritos después de más de tres semanas de convulsión social. Antes de que Rodríguez, que ocupaba el tercer puesto en la línea sucesoria presidencial, fuera nombrado por el Congreso, fue necesario que tanto el titular del Senado, Hormando Vaca, como el presidente de la Cámara de Diputados, Mario Cossío, renunciaran a sus derechos constitucionales a suceder al dimisionario Carlos Mesa. Además, diputados y senadores tuvieron que aceptar la renuncia de éste. La demora en llegar a esta solución se debió a la resistencia de Vaca a renunciar a sus opciones presidenciales y a la negativa del Movimiento al Socialismo (MAS), de Evo Morales, a aceptar otra salida que no pasara por el nombramiento de Rodríguez. Vaca volvió a desconvocar la reunión de la tarde y se refugió en un destacamento militar, lo que valió el calificativo de «cobarde» por parte de Morales. Para entonces, ya habían empezado los enfrentamientos entre policías y manifestantes cerca de la Casa de la Libertad, donde debía reunirse el Congreso. Los ánimos se encresparon cuando se supo que un minero que intentaba llegar a Sucre había muerto de un disparo policial. Morales y Vaca se cruzaron acusaciones sobre la responsabilidad en la muerte, pero al final éste anunció su renuncia. Minutos más tarde lo hizo Cossío y la calma volvió a las calles de Sucre. Una vez elegido Rodríguez, el hasta entonces magistrado, juró el cargo. Paralelamente, el ya ex presidente Mesa salió del palacio de gobierno en La Paz y pidió perdón por sus errores.