Los líderes europeos explican a Bush la difícil situación de la UE

El presidente George W. Bush volvió a escenificar ayer su respaldo a la Unión Europea (UE) después de los varapalos sufridos en semanas recientes, y quiso dejar atrás algunas diferen-cias convencido de que «el mundo es mejor» si Estados Unidos y Europa se mantie-nen unidos. En un ambiente cordial, Bush recibió en la Casa Blanca al primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, que ostenta la presidencia rotatoria de la UE, al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y al encargado de la Política Exterior, Javier Solana. En rueda de prensa tras esta minicumbre, el mandatario estadounidense dejó claro que a Estados Unidos le interesa una UE «fuerte» para que puedan trabajar juntos en asuntos como «la expansión de la democracia, la libertad, la seguridad y la prosperidad en el mundo». Así, después de reconocer algunas «diferencias en el pasado», como las surgidas en torno a Irak, Bush expresó su deseo de profundizar «una sólida amistad» basada en el «respeto mutuo». Todo ello, con el fin de «hacer un mundo mejor para todos», una idea que subrayó Barroso. Durante el encuentro, que duró unas tres horas, se abordaron temas como Irak, Afganistán, el proceso de paz en Oriente Medio, la lucha contra el terrorismo -en concreto sobre la necesidad de compartir informa-ción y congelar transacciones financieras-, la crisis en Darfur o el contencioso con Irán, en el que agrade-ció el trabajo de la UE, en especial de Alemania, Reino Unido y Francia, para frenar las aspiraciones nucleares de Teherán. Por su parte, los líderes europeos le explicaron «en detalle» la delicada situación por la que atraviesa la UE, después del no francés y holandés a la Constitución y el fracaso reciente del Consejo Europeo sobre el presupuesto para el período 2007-2013. Aún así, Juncker se mostró confiado en la fortaleza del bloque de 25 países -«no estamos de rodillas»- y destacó que la «UE es el aliado más importante para Estados Unidos», no sólo en el terreno político si no también en el económico. En este punto, ambas partes se comprometieron a seguir trabajando codo con codo para «lograr que el libre comercio sea justo y que todos respeten sus reglas para poder competir en igualdad». Bush citó a China y destacó la necesidad de que se apege a las líneas de la Organización Mundial del Comercio. Por su parte, Barroso añadió que hablaron sobre la importancia de articular políticas comunes sobre medioambiente, con el cambio climático y el uso de la energía como puntos de toque.