Dos coches bomba en Samarra y Ramadi dejan al menos diecinueve muertos en Irak
Al menos 19 iraquíes perdieron la vida en dos ataques insurgentes en Irak, donde ayer rebrotó el fantasma de la guerra civil con dos asesinatos selectivos y se conocieron nuevos detalles sobre el ataque a un convoy norteamericano en la ciudad de Faluya. El atentado más cruento ocurrió entrada la tarde en la ciudad de Samarra, al norte de Bagdad, cuando un coche bomba explotó frente a la casa de un funcionario del Ministerio de Interior relacionado con la lucha contra la insurgencia. Mohamed Abdel Yabar, portavoz de la Policía local, informó de que once personas murieron y más de 16 resultaron heridas en el barrio de El Bu Nissan a causa de la deflagración. El atentado, agregó, tenía como objetivo matar al citado funcionario, quien salvó la vida al no encontrarse en ese momento en su domicilio. Miedo al enfrentamiento civil «Han perecido todos los miembros de la familia que estaban en la casa, que ha sufrido enormes daños, al igual que los edificios vecinos y algunos coches aparcados», agregó Yabar, quien no reveló el nombre del funcionario y se limitó a indicar que pertenecía a la fuerza de elite. Horas antes, ocho agentes de la Policía iraquí perdieron la vida en otro atentado con coche bomba, combinado esta vez con un asalto a un cuartel cercano a la ciudad rebelde de Ramadi, en la provincia de Al-Anbar, corazón de la insurgencia en Irak. Según un portavoz del Ministerio del Interior, el incidente armado ocurrió la noche del viernes en un acuartelamiento ubicado a medio camino entre la localidad de Rawa y el municipio de Ramadi, a unos cien kilómetros de Bagdad. «Tras la explosión del coche bomba, unos veinte hombres armados a bordo de tres vehículos atacaron la base con pistolas y subfusiles», explicó. Agregó que el cuartel de la Guardia Nacional iraquí protege a los trabajadores de una explotación de fosfatos vecina a una gran base del Ejército estadounidense. Irak también dejó ayer noticias que apuntan a la posibilidad de que se desate una guerra civil. Un responsable chií y otro suní fueron asesinados por sendas partidas de hombres armados en la capital y la ciudad septentrional de Mosul, respectivamente. Ninguna de las dos comunidades, sin embargo, ha acusado a partido o grupo alguno de los crímenes. Uno de los representantes del gran ayatolá Ali al-Sistani, máxima autoridad religiosa chií de Irak, fue tiroteado cuando circulaba en compañía de dos guardaespaldas por el distrito meridional de Al-Dura.