Rumsfeld reconoce que la violencia crecerá en Irak y que lo peor está todavía por llegar
EE.UU. admite reuniones con los rebeldes iraquíes, incluido Al Qaida
Los encuentros tranquilizan a los dirigentes políticos y religiosos pero no frenan la violencia
El secretario estadounidense de Defensa, Donald Rumsfeld, admitió ayer que funcionarios de su país han mantenido reuniones con grupos insurgentes en Irak, donde las fuerzas de seguridad fueron una vez más el blanco de varios atentados, que dejaron al menos 41 muertos. «Nosotros facilitamos cada tanto» este tipo de encuentros, declaró a la cadena Fox, confirmando informaciones publicadas por el periódico británico Sunday Times . Según este diario, en junio se habrían celebrado dos reuniones entre los jefes de algunos movimientos insurgentes iraquíes (entre ellos Ansar al Sunna, vinculado a la red terrorista Al Qaida) y representantes estadounidenses en Balad, al norte de Bagdad. «Desde hace algún tiempo, discutimos con toda clase de iraquíes, algunos de ellos sospechosos», dijo un funcionario estadounidense en Bagdad. La decisión estadounidense de reunirse con insurgentes tranquiliza a dirigentes sunitas y líderes políticos y religiosos iraquíes, que desde hace meses instan al diálogo con los rebeldes a fin de integrarlos al proceso político y reducir la violencia. El propio presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, se pronunció en ese sentido tras su elección a comienzos de abril, cuando llamó a dialogar con «los iraquíes levantados en armas contra las fuerzas extranjeras», excluyendo sin embargo a los que tuvieran vínculos con Al Qaida. «Siempre hemos pensado que un proceso político global sería esencial para el futuro de Irak y hemos discutido con diferentes grupos iraquíes para pedirles que participen en el proceso político», afirmó un portavoz de la embajada estadounidense en Bagdad. Las reuniones entre funcionarios estadounidenses -un militar, un miembro de los servicios de inteligencia, un congresista y un representante de la embajada estadounidense en Bagdad- con grupos rebeldes se habrían realizado el pasado 3 de junio y una decena de días más tarde. Pero eso no ha impedido que los atentados terroristas dejaron al menos 50 muertos ayer 25 de ellos en tres atentados contra las fuerzas de seguridad iraquíes en la región de Mosul (unos 400 km al norte de Bagdad). El más mortífero de esos ataques fue frente al campamento militar de Kassak, donde al menos 15 iraquíes murieron y siete resultaron heridos cuando un kamikaze se hizo inmoló con una carga explosiva a primera hora de la mañana. El secretario de Defensa de EEUU, Donald Rumsfeld admitió además ayer que la violencia en Irak puede aumentar este año y señaló que serán los iraquíes y no los estadounidenses quienes deberán derrotar a la resistencia. Lo peor, vaticinó, está aún por llegar.