Diario de León

Centra su estrategia en la formación de fuerzas locales y en el logro democrático

Bush defiende sus planes paraIrak ante la caída de popularidad

El 52% de los estadounidenses considera que EE.UU. no debió invadir el país Irak pide revisar el pago de las

Unos iraquíes miran los restos del automóvil del diputado al Parlamento de Irak Ali Al Fayad

Unos iraquíes miran los restos del automóvil del diputado al Parlamento de Irak Ali Al Fayad

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Macarena Vidal - washington
León

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El presidente de EE.UU., George W. Bush, tenía previsto dirigirse anoche (madrugada de hoy en España) a la nación para defender su estrategia en Irak ante su caída en las encuestas de popularidad, motivada en buena parte por la escalada de la violencia en el país árabe. El mandatario pronunciará su discurso en la base militar de Fort Bragg, en Carolina del Norte, y la Casa Blanca ha pedido a las principales emisoras de televisión que se conecten. Posible giro A juzgar por las últimas declaraciones públicas de altos cargos como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, o el propio Bush, el discurso puede confirmar un giro en la actitud de Washington, y admitir que los soldados de EE.UU. no serán los que pongan fin a la resistencia en Irak, una tarea que puede prolongarse varios años y acabará siendo responsabilidad de las fuerzas iraquíes. Hasta ahora, la línea oficial venía siendo representada por las palabras del vicepresidente Dick Cheney, quien asegura que la insurgencia se encuentra en «sus últimos estertores». EE.UU. y el Reino Unido reconocido estos últimos días la existencia de conversaciones con esos insurgentes. El motivo del discurso, según la Casa Blanca, que promete que el texto será «nuevo» y «muy específico», es conmemorar el primer aniversario de la devolución de la soberanía a Irak. Pero la comparecencia del presidente ante el país es la última de una serie de alocuciones públicas suyas y de los «pesos pesados» del Gobierno, entre los que se incluyen también la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, o Rumsfeld, durante las últimas dos semanas para defender el plan de Bush en Irak. Esa campaña de relaciones públicas coincide con un descenso en las encuestas de la popularidad de esa guerra. El 52% de los estadounidenses considera que su país no debió de haber invadido Irak. La popularidad del propio Bush se encuentra en los momentos más bajos desde su elección en el 2000, al contar con la aprobación de sólo el 41% de los ciudadanos. Según el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, «se trata de un momento crítico en Irak: los terroristas quieren debilitar nuestra determinación y minar nuestra voluntad, y saben que no pueden ganar a menos que abandonemos nuestra misión antes de completarla». Bush, indicó su portavoz, presentará una estrategia doble, en el campo militar y en el campo político. Esa estrategia se resume en una sola palabra: «paciencia». En el campo militar, el gobernante defenderá, según el portavoz, «la necesidad de seguir entrenando y equipando a las fuerzas iraquíes para que se puedan defender a sí mismas». En el político, seguir «haciendo todo lo que pueda» para apoyar a los iraquíes hasta lograr «una democracia duradera».

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