Los ataques terroristas se suceden en el país iraquí que no logra la estabilidad política soñada
Once policías iraquíes mueren al estallar un coche bomba en Bagdad
La jornada de ayer fue una de las más sangrientas vividas en Irak, con casi una treintena de muertos
Policías iraquíes inspeccionan el coche bomba que provocó la muerte a once de sus compañeros
Al menos 24 personas murieron y 36 resultaron heridas ayer en Irak en diversos ataques; de ellas, 11 víctimas mortales y 22 heridos se produjeron en un atentado suicida contra las fuerzas de seguridad iraquíes en el centro de Bagdad. Según un comunicado del ejército norteamericano, el atentado suicida en Bagdad tuvo lugar en un puesto de control delante del cuartel general de los comandos, donde unas veinte personas esperaban para alistarse. «Hemos recibido 11 cuerpos y 22 heridos, seis de ellos en estado grave», indicó un responsable del hospital Yarmuk. Una fuente del ministerio de Interior confirmó esta cifra, afirmando que entre las víctimas se incluían reclutas y comandos de élite del ministerio del Interior. «Un kamikaze que llevaba una chaqueta con explosivos se hizo explotar entre un grupo de reclutas que esperaba para integrar la unidad», afirmó el coronel Adnan Abdel Rahman. El ataque tuvo lugar sobre las 9 (hora local) en las inmediaciones de la plaza al Nusur, cerca del cuartel general de los comandos, que ya ha sido objeto de varias agresiones. Violencia por doquier Otros dos soldados iraquíes murieron y cuatro resultaron heridos en un ataque de la insurgencia contra un centro militar en Balad, 75 km. al norte de Bagdad. En Mosul, 370 km al norte de Bagdad, el teniente coronel de policía Anuar Cheij al-Sorji, kurdo, fue ejecutado frente a su casa por hombres armados. Asimismo en la ciudad petrolera de Kirkuk, 250 km al norte de la capital, cuatro personas fueron asesinadas por desconocidos mientras viajaban en un taxi. Por su parte, el embajador Sumaydai afirmó en un mensaje electrónico enviado a sus colegas de Naciones Unidas que su primo Mohamad, de 21 años, fue asesinado sin razón aparente en casa de su padre cerca de Haditha el 25 de junio en una operación de los Marines. El embajador pidió la apertura de una investigación «con el fin de asegurar que se haga justicia e impedir que se repitan actos semejantes». En respuesta, el general Stephen T. Johnson, comandante de la Fuerza Multinacional en el oeste de Irak, afirmó en un comunicado: «Tomamos estas acusaciones muy seriamente y realizaremos una investigación minuciosa para determinar qué ocurrió». Mientras tanto, el ejército norteamericano anunció la apertura de una investigación sobre la muerte de un primo del embajador de Irak ante la ONU, Samir al Sumaydai, que el diplomático imputa a Marines destacados en Irak.