Diario de León

Londres considera crucial reducir las ayudas agrícolas para combatir la pobreza en África

La UE se arriesga a trasladar su crisis interna a la reunión del G-8

La cumbre escocesa ofrece el primer careo de los líderes europeos tras el revés presupuestario

Publicado por
Domingos Sampedro - corresponsal | bruselas
León

Creado:

Actualizado:

La cumbre de los siete países más industrializados del mundo y Rusia (G-8), que arranca hoy en Escocia, propiciará el primer cara a cara de los principales líderes de la Unión Europea tras el estrepitoso fracaso de la negociación del presupuesto común para el 2007-2013. Pese a que Tony Blair, presidente de turno tanto de la UE como del G-8, se ha mostrado optimista respecto a la posibilidad de lograr un acuerdo para luchar contra la pobreza y el cambio climático, lo cierto es que la crisis interna que arrastra la Unión amenaza con dar un nuevo chispazo en la localidad escocesa de Gleneagles. Cuatro socios europeos (Francia, Reino Unido, Alemania e Italia) están representados en el G-8, junto a Japón, EE.UU., Canadá y Rusia. A la cita acudirá también el presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durão Barroso, en representación de la UE. Deberes hechos Los representantes de los Vein-ticinco llegan a a la blindada lo-calidad de Gleneagles, próxima a Edimburgo, dispuestos a dar lecciones y con la sensación de que han hecho los deberes en lo que se refiere a ayuda al desarrollo, que se comprometieron a elevar al 0,7% del PIB en el 2015, y a la lucha contra el cambio, pues no hay que olvidar que la UE es la principal valedora del Protocolo de Kioto para la reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera. Pero esta aparente unidad de criterios que muestra la UE puede desaparecer a la que se rasque un poco en su corteza. De hecho, el ministro británico de Economía, Gordon Brown, al igual que muchos gobiernos africanos, ya dejó claro que una de las mejores cosas que puede hacer Europa para llevar la prosperidad a las naciones más despojadas del planeta es eliminar completamente sus ayudas agrícolas y reducir sus aranceles para que el mercado comunitario pueda proveerse en África de cereales, frutas, algodón o azúcar. En realidad, Brown vuelve a a remover el mismo veneno que, hace apenas quince días, acabó matando en Bruselas cualquier posibilidad de pacto para el reparto de los fondos europeos, un pacto que Londres deseaba que fuese a costa de reducir los subsidios a la agricultura, de los que Francia es el principal beneficiario. El presidente de EE.UU., Georges W. Bush, se mostró dispuesto a hacer cambios en la Farm Bild, que regula las ingentes cantidades de ayudas para su agricultura, siempre que Europa se mueva también. El gesto del presidente Bush fue valorado ayer positivamente por la comisaria europea de Agricultura, la danesa Mariann Fischer Boel, al afirmar: «Espero que Estados Unidos siga nuestro ejemplo. Una reforma agrícola es vital para impulsar el comercio mundial y para ayudar a que el mundo en desarrollo salga del círculo de la pobreza». Falta ver si París también piensa lo mismo.

tracking