Cerrar

Las familias de los fallecidos comienzan a ser trasladadas a la morgue abierta en un cuartel

Los forenses identifican a otras cuatro víctimas mortales de los atentados

Blair expresa en el libro de condolencias su admiración por la actitud del pueblo londinense

Una niña enciende una vela durante una vigilia en memoria de las víctimas de los atentados

Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

Yvonne Nash no tendrá que seguir llamando a la puerta de los hospitales con la foto de su novio. Su búsqueda terminó ayer de la peor manera posible. Los forenses determinaron que uno de los cadáveres recuperados tras los atentados es el de Jamie Gordon, de 30 años. Una gigantesca imagen de la joven, que fue su pareja durante los últimos siete años, ocupó la portada del diario The Times el pasado sábado. Su cara desconsolada, con una fotografía en la que aparecía con Jamie en la mano, resultaba espe-cialmente conmovedora. La última llamada de la tercera víctima mortal identificada tras la masacre había sido para avisar a sus compañeros de trabajo de que llegaría tarde. Eran las 9.47 y el centro estaba colapsado. Él pretendía llegar a su destino, en una empresa de administración de la City, tomando el autobús de la línea 30. Tras conocer el mensaje, sus familiares y amigos albergaban pocas esperanzas. «El lugar equivocado» En uno de los asientos contiguos al que ocupaba Jamie en el bus se sentaba Philip Stuart Russell, de 29 años, que también llamó a su centro de trabajo para decir que había sido desalojado del metro en Euston (justo enfrente de Tavistock) y que intentaría coger un autobús para no llegar demasiado tarde. Su padre, tras conocer ayer que el de Philip era el cuarto cadáver al que se le pone nombre, le definía como «un fantástico muchacho que sólo estaba en el lugar equivocado en el momento menos oportuno». Los forenses aseguraron que en las últimas 48 horas se han identificado ya seis cuerpos, aunque no quisieron ofrecer datos acerca de las otras dos víctimas mortales. Las familias de los fallecidos comienzan a ser trasladadas a la gigantesca morgue instalada en el cuartel militar próximo al cementerio de Bunhill, rodeado de extraordinarias medidas de seguridad. Allí podrán tener acceso a los restos de sus seres queridos para darles el último adiós. En el interior del recinto han sido habilitadas carpas especia-les donde se garantizará la intimidad de quienes van siendo llamados de forma individual para hacer el proceso lo menos doloroso posible. Con el fin de ayudar a sobrellevar este trance, también se ha requerido la presencia en la zona de un equipo de psicólogos especialistas en grandes desastres. Mientras tanto, los altos car-gos británicos se prodigan en sus gestos de acercamiento a las víctimas y sus familias. Toda la familia real se ha lanzado a un intenso peregrinar por los hospitales londinenses para visitar a los heridos en las explosiones y Buckingham anunciaba ayer que la reina Isabel II ha realizado una importante donación al fondo abierto para ayudar a los damnificados por el desastre, si bien no precisó la cantidad. Por su parte, el primer ministro británico, Tony Blair, se acercaba al ayuntamiento londinesnes para estampar su firma en el libro de condolencias. El mandatario se dirigía desde allí por escrito a todos los londinenses:«Con profundas condolencias por los que perdieron la vida y por las familias que los lloran, y con admiración, de corazón, para Londres, la capital más grande del mundo».