Los suníes renuncian a elaborar la constitución iraquí

Los representantes de los suníes en la comisión encargada de la elaboración una nueva Constitución de Irak han suspendido su participación en este proceso tras el asesinato de dos miembros suníes de ese organismo por insurgentes en Bagdad. En una conferencia de prensa en Bagdad, un portavoz suní, Adnan al Yanabi, dijo que la decisión se debe a que el Gobierno iraquí no ofrece una «protección adecuada» a los representantes de la comunidad árabe suní en la comisión, integrada por 70 miembros. «La decisión fue tomada después del asesinato el martes en Bagdad por hombres armados de Mugbel Sheij Isa y Damen Husein al Ubeidi , dos de los quince suníes en la comisión, debido a que el gobierno no les había ofrecido una adecuada protección», dijo Yanabi. La decisión de los representantes de los árabes suníes constituye un golpe a los esfuerzos del gabinete de Yafari para conseguir que la comisión finalice la redacción de la nueva Constitución antes del próximo 15 de agosto, como está previsto. Discriminación a la mujer Dos centenares de mujeres iraquíes acudieron el martes en busca de las cámaras internacionales a la misma plaza en la que en abril del 2003 se filmara la caída de la estatua de Sadam Husein, pero paradójicamente esta vez su recuerdo tenía un punto de nostalgia. Según denunciaron en la manifestación, la nueva Constitución que se redacta a contrarreloj eliminará los derechos de los que gozaron durante medio siglo bajo el gobierno secular del dictador en prisión. El borrador ha circulado discretamente entre los miembros de la Asamblea Nacional electa en enero pasado, y al menos una copia ha llegado a manos del diario The New York Times , que ha podido confirmar sus quejas. La Constitución establece la igualdad de todos los iraquíes, pero pone la trampa al añadir «siempre que no viole la Sharia», o ley del Corán. Según ello, las mujeres no podrán contraer matrimonio sin permiso de su familia, , y mientras sus maridos podrán divorciarse sólo con decirlo tres veces en su presencia, ellas tendrán que obtener la aprobación de los clérigos antes de llevar el caso a los tribunales. En cuestión de herencias, sólo podrán aspirar a la mitad de lo que obtengan sus hermanos varones.