Uzbekistán da seis meses a EE.UU. para que desmantele las bases del país

El dictador uzbeko, Islam Karímov, ha decidido pasar factura a Washington por exigir una investigación independiente en relación con la matanza acaecida a mediados de mayo en Andiyán, localidad situada al este de Uzbekistán. Según la nota que el Ministerio de Exteriores uzbeko envió el pasado viernes a la Embajada de EE.UU. en Tashkent, todas las tropas estadounidenses emplazadas actualmente en Uzbekistán, concretamente en la base aérea de Karshi-Janabad, cerca de la frontera con Afganistán, deberán abandonar el país en un plazo máximo de seis meses. Las autoridades uzbekas no han aclarado aún la razón de tal medida aunque no hay duda que tiene que ver con el empeoramiento de las relaciones con Occidente a raíz de los trágicos sucesos de Andiyán. En Karshi-Janabad hay un millar de soldados norteamericanos y una docena de aviones de carga y de aprovisionamiento de combustible en vuelo, un contigente que participo en la ofensiva del 2001 contra Afganistán, tras el 11-S.