El saldo de los muertos en el atentado suicida del viernes se eleva a más de 40

El número de muertos en el atentado suicida perpetrado contra decenas de reclutas, en la ciudad iraquí de Rabea, ha aumentado a 40 y el de heridos a 58, informó ayer el general Said al Yaburi, portavoz de la policía de la provincia de Nínive. El atentado fue cometido a mediodía de ayer en esa localidad, situada unos 500 kilómetros al norte de Bagdad, en un restaurante situado frente al centro de reclutamiento del Ejercito iraquí, donde los reclutas esperaban para alistarse. Las fuerzas de seguridad iraquíes y el nuevo ejército del país se están convirtiendo en el blanco favorito de la resistencia. Los insurgentes consideran estas unidades armadas y preparadas por Estados Unidos apóstatas y colaboracionistas. Al Qaeda golpe de nuevo El atentado, que fue reivindicado por la Organización de Al Qaeda en Irak en un comunicado difundido por internet. En él narraban cómo «un león de la Brigada de los Mártires accionó las bombas que llevaba encima al grito de no hay más Dios que Alá, sometiendo a los infieles al castigo divino». El ataque fue uno de los más sangrientos de la última semana y pone de manifiesto la enorme capacidad letal de los grupos rebeldes iraquíes, que no parecen resentirse por las continuas detenciones que el ejército iraquí y el estadounidense hacen públicas sin cesar. La tranquilidad que se esperaba en Irak tras derrocar el régimen de Sadam parece lejos de llegar a convertirse en una realidad, tras casi dos años de atentados y sangrientos combates en el país.