Un submarino de bolsillo

El submarino Scorpio 45 , puesto en marcha por la Marina británica para liberar el batiscafo ruso atrapado en el fondo del mar, es un aparato teledirigido equipado con tres cámaras y un dispositivo para cortar cables. Mide 2,75 metros x 1,8 x 1,8, pesa 1,4 toneladas y ha sido concebido para poder ser transportado a bordo de un avión. Normalmente se emplea para el salvamento submarino en operaciones peligrosas o en niveles demasiado profundos como para que puedan descender submarinistas. El robot está dirigido por seis «operadores» civiles que pueden enviarlo a una profundidad de hasta 925 metros, limitada por la longitud del cable al que está permanentemente enganchado para evitar su pérdidad en alta mar. Sus pinzas son capaces de cortar cables de acero de hasta 70 milímetros de diámetro. Habitualmente el aparato primero descubre el buque inmovilizado y lo inspecciona para evaluar eventuales daños, y después transporta en sus compartimentos cuanto sea necesario: cápsulas de oxígeno, medicamentos, materiales que absorben el dióxido de carbono... Scorpio 45 también puede ser empleado para depositar balizas de navegación, y está dotado con un sónar, un sistema de medición de la profundidad y un sistema de localización. Además, puede incorporar un teléfono submarino y un monitor de radiación. Las autoridades rusas agradecieron a Gran Bretaña la ayuda prestada por este submarino.